Este tipo de amor jamás lo había conocido antes... #REFLEXIÓN
18 Abr, 2023
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     Todos atravesamos los grandes desafíos de la vida, donde en ciertas ocasiones somos golpeados tan fuertemente, que nos quedan marcas difíciles de borrar, en otras temporadas pueden acercarse un problema tras otro. También suele pasar que por haber cometido determinados errores conllevan a pagar las graves consecuencias .

Algunos tienen la fortuna de ser contenidos por familia, amigos o pareja, sin embargo, debemos reconocer que no pueden ser suficientes porque jamás lograrán comprender por completo las experiencias individuales. Estos grandes retos nos pueden dejar sin salida, las circunstancias nos mantienen vulnerables, pueden afectar nuestra salud física y mental. Diferentes aspectos pueden llevar a sentirnos incomprendidos, las personas se prestan a los prejuicios cuando no son capaces de preguntar e interesarse genuinamente, por otro lado, pareciera que estamos tan centrados en nuestras propias vidas que es difícil enfocarse en el dolor ajeno.


     Esta es la realidad que lamentablemente ocurre, las personas somos egoístas, nos cuesta ser empáticos y ver más allá de nuestros propios problemas, además, a pesar de que hayan seres queridos que se ocupen de uno, aún así, sigue siendo escaso. El ser humano no puede ser un héroe para la vida de otra persona, porque no somos confiables, constantemente fallamos, incluso a nosotros mismos. Además, no somos capaces de cubrir todas las carencias de otros. No nos deberiá extrañar si alguien que queremos mucho nos decepcionó, por lo que dije anteriormente. Sin embargo, siempre debe haber una iniciativa de perdonar y saldar esa deuda, para no llevar una carga innecesaria contra esa persona por toda la vida. Cabe destacar, que con esto no quiero decir que no debemos requerir de la asistencia de otros en nuestra vida, porque realmente es necesario, pero lo que quiero recalcar es en no colocar la total esperanza en los demás.


     Bajo este panorama se puede tornar algo hostil y desesperanzador, sin embargo, la soledad no es la mejor solución, sino Dios, aquél que nos conoce perfectamente y sabe todo lo que sucede en nuestras vidas, a veces lo sentimos lejano, pero es porque estamos enfocados en nuestras cosas, en nuestra manera errada de vivir, donde el orgullo predomina y nos conduce a llevar un estilo de vida que nos lastima cada vez más. Él es el mejor acompañante, un amigo fiel, en su Hijo Jesús podemos encontrar paz y descanso para el alma. Para acceder y reconciliarnos con Dios es necesario creer en que Cristo es el Salvador, arrepentirnos de nuestros pecados, porque son ellos los que nos separan de él, ya que no existe amistad entre la injusticia con la justicia. En Salmos 34:8 dice "Prueben y vean que el Señor es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en él!".


     Podemos llegar a ser amigos de Dios, pero implica cambiar, es decir, abandonar las malas acciones, pensamientos y costumbres, requieren de una gran determinación. Es difícil este camino, sin embargo, vale la pena. Ser cercanos a Dios te transforma en muchas áreas, hablar diariamente con él, así como si lo hicieras con un amigo es tan sanador. Él brinda paz en tiempos complicados, una paz sinigual, sana el interior y llena el vacío que hay allí. El Apóstol Pablo dice en Filipenses 4:6-7 "No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús".


    A Dios si le importamos, solo debemos estar dispuestos a dar ese paso. Él manifestó su gran amor hacia nosotros, cuando no tenía por qué hacerlo, debido a que somos malos por naturaleza, es tan evidente si analizamos la historia, lo que ocurre en las noticias y también en nuestro diario vivir, cuantas veces cometemos errores y fallamos a los demás. Dios tuvo compasión de nosotros y en la cruz demostró cuanto nos ama, porque la paga del pecado es la muerte, pero Jesús se entregó por todos aquellos que deciden creer en él para cancelar esa deuda por nuestros pecados. Pudo dejarnos a la deriva, en cambio deseó permanecer cerca de nosotros.
   


    Te invito a meditar en esta enseñanza del Apóstol Juan: "Este es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad. Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, llamamos a Dios mentiroso y demostramos que no hay lugar para su palabra en nuestro corazón".
   


    Muchas gracias por leerlo hasta el final, espero que tengas un excelente día y una muy buena semana. Saludos y muchas bendiciones para vos.


 

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