Le tenemos tanto miedo a enfrentarnos a cada cosa nuevao a cada cosa que nos ponga de los nervios,que vamos dejando todo en para luego'sque llegan más tarde de lo que queremos.Retrasamos nuestras pasiones o ideas que llevar a cabo con talde no sentir esa crisis que nos estalla antes del paso al atrevimiento.Porque conocemos tan bien ese pánico, que aterra que vuelva.Nos agobiamos, nos empequeñecemos, nos convertimos en esa diminuta mota de polvo que se disipa entre todopara hacer eso que deseamos con urgencia: hacernos invisibles.Invisibles como si al ser vistos fuéramos a serreprendidos ante la hoguera, como las brujas,como si vivir y ser fuera pecado, culpa o crimeny estuviéramos a punto de ser juzgados. O rechazados.Y así no, así no se vive.
Cuando nos demos cuenta,habrá pasado demasiado el tiempo,habremos desperdiciado demasiado nuestra vida,como si fuéramos jóvenes siempre,como si fuéramos a vivir eternoso como si no fuera estala única vida.
Y lo peor,lo peor es que aun siendo conscientes de estono tengamos remedio.Y ahí entonces, no estamos vivos,estamos muertos.Porque la intención no sirvesi eso que quieres hacerno lo acabas haciendo.