Suena un sonido que me cuesta identificar, pero, cada vez se intensifica y cerca de mi siento la presencia de una persona que está estallando en lágrimas, cada vez me cuesta mantener la conciencia y me siento apresada.
De un momento a otro, siento la presencia de alguien más, siento como toma el pulso y dice “la estamos perdiendo, hay que ir directo al hospital”
Mi cuerpo da indicios que dejaré de respirar en dos minutos, en el fondo se escucha la sirena de la ambulancia y un enfermero reanimando para sobrevivir, mientras tanto, mi mente, me golpea con muchos recuerdos y arrepentimiento de lo sucedido.
HORA DE LA MUERTE: 21:50
En esa hora, me despedí de este mundo, un mundo que me destrozó y me dejó llenas de grietas, un mundo que estaba nadando a contracorriente y me estaba ahogando con mis propias palabras.