Al despertar de ese sueño absurdo, me encontré con la cruel realidad, aquella que afronté.
Ya había pasado mucho tiempo y no me conocía ni yo mismo, no me reconocía al mirarme en el espejo y me asusté al pensar que había cambiado por alguien, que no lo merecía, ni se daba cuenta de todo lo que la quería.
Decidí despertar, y armarme de valor para poder avanzar, pero cada paso me alejaba mas de ella, y a ella no le parecía importar que me alejara más y más así que camine sin mirar atrás, sabiendo que mis huellas dejaban un rastro que ella podía andar.
Y aquí me encuentro solo, sin una mano que tomar, por pensar, que ella iba a tomar esas huellas que deje al andar...