"Soy despistada". "Soy muy olvidadiza" .

No se trata de que las personas que quieren estar cerca de ti tengan que aceptar tus "defectos". A los demás verdaderamente no les afecta o importa demasiado cómo eres. Lo que importa es que cada vez que repites "yo soy" estás decretando y estás creando. No eres así, pero crees que eres así, ¿se entiende la diferencia?

Porque así como dices: "Soy fea", podrías decir: "Soy hermosa", porque en lugar de repetir: "Soy pobre", nada te impide decir: "Soy abundante", porque siempre has dicho: "Soy enojona", cuando fácilmente podrías decir: "Soy alegre".

El hecho de que afirmes ser de tal manera, es lo que te hace serlo y mientras más lo repitas, más fuerza le das y más verdadero lo vuelves. Es exactamente como un mantra; son palabras que de tanto pronunciar, llega un momento que las crees sin objeción. Si llevas años repitiéndolas seguro ahora crees que son ciertas, pero dejarán de serlo en cuanto dejes de creerlo.

Bien, seguro piensas: "¿Cómo dejo de repetir que soy gorda o que soy pobre si estas son mis condiciones actuales?", pero te digo, primero en la mente, después en la vida. ¿Por qué crees que la mayoría de la gente que logra bajar de peso con dietas estrictas o cirugías estéticas tarde o temprano recupera el sobrepeso? ¿Por qué crees que las personas que ganan la lotería o heredan fortunas tarde o temprano quedan en quiebra nuevamente? Porque sus mentes no están programadas para mantenerse con el peso ideal ni para tener mucho dinero. Porque sus creencias de gordura o pobreza son tan fuertes que finalmente terminan triunfando sobre esa realidad temporal. Una persona con obesidad cree que no puede bajar de peso a menos que haga ejercicio, dietas o se someta a una cirugía, también algunos creen que están así por la genética o por alguna enfermedad y que jamás van a poder tener una figura ideal, eso es totalmente falso, pero cuando se miran al espejo y se rechazan, se  frustran y se enojan por lo que ven, lo único que consiguen es agrandar el problema, sólo por prestarle atención.

Cuando dejan de comer un postre por pensar en las calorías aun así aumentan de peso, porque un postre no va a engordar más de lo que engorda el poder de un pensamiento, por más increíble que parezca, lo que engorda no es el hecho de comer un buen postre, sino la sensación con la que lo comiste, si fue con culpa o remordimiento, si mientras lo comes o no lo comes sólo piensas en que aumentarás de peso y te sientes mal, has enviado una vibración que te traerá eso exactamente.

¿Has escuchado decir a ciertas personas que aunque coman y coman jamás suben de peso? Bueno, esa es una creencia y así se coman al mundo entero, no subirán de peso, porque su mente manda, no su cuerpo.

¡TU MENTE MANDA Y NO TU CUERPO! La idea en la que creíste y luego enviaste a tu subconsciente siempre va a ganar. La repetición es la manera más efectiva de reprogramar tu mente. No digas más: "Soy impuntual". "Soy lenta". "Soy torpe". "Soy fea". "Soy gorda". "Soy pobre". No más “soy” negativos, mejor di: "Soy hermosa". "Soy exitosa". "Soy inteligente". "Soy puntual". "Soy millonaria". "Soy feliz". "Soy amada". "Soy saludable".

Al principio te parecerá raro y te sentirás extraña, pero tu mente se va a acostumbrar y comenzará a creerlo, cuando sea una creencia establecida, viene lo mejor: la manifestación. Es fácil, muy fácil, lo difícil es aceptar que así funciona el mundo; funciona por medio de vibraciones que todo el tiempo están enviando nuestros pensamientos.

Recuerda siempre: lo externo es consecuencia de lo interno, sin excepción alguna.