La Corrección
21 Sep, 2018
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Proverbios 15:31-32 dice:


"El que atiende a la reprensión que da vida


tendrá lugar entre los sabios.


El que desprecia la corrección, no se aprecia a sí mismo;


El que atiende a la reprensión, adquiere entendimiento"


 


Es decir, aquél que atiende, que escucha, la corrección, la disciplina, la crítica edificante, adquirirá sabiduría, crecerá, mejorará, ¡prosperará!


Pero quién la desprecia, no se aprecia a sí mismo, ¿por qué? porque está rechazando y despreciando algo muy importante y bueno para el bien propio.


Un punto clave, para nuestra madurez, crecimiento constante en nuestras vidas es tener una disposición a ser corregido, enseñado, disciplinado, reprendido.


¿Qué significa corrección, disciplina, reprensión?


CORRECCIÓN: Modificación que se hace a una cosa o a una persona para corregir sus faltas errores, defectos, o imperfecciones.


Es decir, lo que se busca es que se quite de la persona que es corregida aquello que esté mal, faltas, errores, para que no continúe haciendo las cosas mal o viviendo de manera incorrecta.


DISCIPLINA: Conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado.


REPRENSIÓN: Expresión autoritaria y severa de desaprobación que se le hace a una persona a causa de su actuación o su comportamiento.


Y esto, es necesario y es para nuestro bien. Formará parte de nuestras vidas si queremos ser pequeños Cristos, si queremos ser trabajados y formados como cristianos .

Esto está incluido en el plan de Dios de hacernos discípulos.


Si queremos ser hombres y mujeres de Dios, si queremos crecer espiritualmente, debemos entender, aceptar, soportar con buena actitud e incluso amar la corrección.


Sí, necesitamos ser corregidos, disciplinados. Tenemos que entender que no nacemos sabiendolo todo, que no somos perfectos, que no todo lo hacemos bien, que estamos en continuo aprendizaje y crecimiento. Que en el camino del Señor, no se llega al nivel de saberlo todo, sino que vamos a ir aprendiendo, siendo forjados y trabajados y parte de ello es mediante la corrección.


Debemos entender que una de las formas que Dios usa para que seamos moldeados, forjados, es mediante los Pastores, los líderes espirituales. Ellos están en la iglesia para liderarnos, para moldearnos, forjarnos, hacernos crecer y progresar en nuestra vida espiritual y parte de su trabajo es el corregirnos, siempre que sea necesario y es para nuestro bien.


Pablo le dijo a Timoteo (joven Pastor): "Predica la palabra, persiste en hacerlo, sea o no oportuno, corrige, reprende, anima, con mucha paciencia, sin dejar de enseñar"


Esta es la labor de tus líderes, están para eso.


Dedemos entender que la corrección es sinónimo de amor. Significa que para aquél que te corrige eres importante,  y que quiere tu bien.


¿Acaso no es esa nuestra intención cuando nosotros corregimos a alguien?¿No procuramos su bien? Si vemos que nuestro hermano/a, padre, madre, hijo/a, amigo/a, va por mal camino, está haciendo algo incorrecto, no va bien en algo, ¿no vamos a hablar con ellos, a corregirles, a decirles que están haciendo mal?¿Y cuál es nuestra intención?¿Acaso no es que haga lo correcto, que deje de cometer el fallo, el error?¿Acaso no es buena nuestra intención y lo hacemos porque esa persona nos importa?


Así debemos verlo cuando somos corregidos. No es para humillarnos o hacernos sentir mal, es por nuestro bien. En el fondo, somos privilegiados de que alguien nos pueda instruir, enseñar, y hacernos ver lo que muchas veces nosotros no vemos, y tener la oportunidad de cambiar y de quitar o deshacernos de aquello que está mal y que hacemos mal. Eso es mejorar.


Mejorar significa dejar de cometer los fallos que cometíamos, dejar de hacer las cosas erróneamente. Aprender de los errores.


Cuidado, porque a veces tomamos una actitud inmediata de rechazo, no queremos ser enseñados, instruidos o disciplinados. Huimos de ello. No queremos que nos digan que hay algo que mejorar, que algo no está bien, porque toca nuestro orgullo. Lo sentimos como un ataque. Nos molesta. Queremos estar bien y que todo lo que hagamos sea correcto, pero cuando nos dicen que no es así, no queremos aceptarlo y pensamos que quién nos lo dice tiene malas intenciones... NO, al contrario... ¡¡Es por tu bien!!


Tiene que haber un cambio de mentalidad y actitud ante la corrección. El fin es edificarte, el fin es tu crecimiento, tu progreso espiritual. El fin es hacerte ver aquello que no ves y trabajar en ello para poder vivir de la manera que Cristo quiere de ti.


Cuidado con cerrar los oídos, cuidado con tomar la actitud equivocada. No vamos a mejorar en nuestra vida espiritual ni personal.


La corrección, la disciplina, forma parte del plan de Dios para nuestras vidas, si de vedad queremos ser cristianos. Va dentro del plan de Dios. Recordemoslo siempre y tengamos una actitud de aceptación cuando nuestros líderes nos corrigen. Entendamos que es para nuestro bien. Escuchemos, hagamos caso, trabajemos en ello y agradezcamos el tener personas que nos quieren ayudar para bien. Veremos el crecimiento cuando empecemos a dejarnos ser corregidos.

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S.Mare 210 puntos 15 Oct, 2018 S.Mare 210 puntos
Me ha gustado tu artículo. ¡Saludos!
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15 Oct, 2018
webdesky 12 puntos 15 Nov, 2019 webdesky 12 puntos
Niceon
0 votos
15 Nov, 2019
webdesky 12 puntos 27 Ago, 2020 webdesky 12 puntos
Hiiii
webdesky 12 puntos 4 Sep, 2020 webdesky 12 puntos
hello
0 votos
4 Sep, 2020
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