Amor sin etiquetas "Para cuando decidas irte"
POR C.A
31 May, 2018
Tiempo de lectura aprox. :
9 min.
+3 votos
¿Qué haces cuando ya llegaste al final del camino? Sí, me refiero a cuando te das cuenta de que todo terminó, de lo que esperabas una grandiosa aventura, era en realidad un pequeño camino con un barranco como final, entonces te detienes y sí, para nada es ese viaje fantasioso que te vendieron, no, no lo es. Pero ya no hay tiempo, esto es cuestión de vida o muerte, o te regresas con toda la decepción de tu corazón por todas las mentiras que estuviste creyendo, esas que tú te dijiste para poder soportar y justificar la manera tan mierda en que te trataba, o dejarte caer en el barranco .
Para serte honesta cualquier decisión que tomes es la correcta, te hirieron, te usaron a niveles tan cínicos, te desecharon como si tu cuerpo estuviera al servicio de cuando el tuviera ganas de tocarte, dándote un placer mediocre, un inmenso dolor, así como se hace con una muñeca, te trataron mal querida y por supuesto que no merecías ni una sola migaja que ese desequilibrado te daba.
Sí, te destruyeron, fuiste un chiste, un reto, un juego de orgullo, no significaste amor, sino más bien un deseo enfermizo de un chico al que nunca le habían dicho que no.

Muchas veces me buscaba, después de tantas peleas, después de que lo ignoraba de las peores maneras, aún cuando le había pedido con mi corazón agonizante que me dejara ir, por piedad, que ya no quería seguir siendo su juguete, su objeto de placer, su diversión. Se lo rogué, porque yo no era lo suficientemente fuerte para renunciar a él, para simplemente dejarlo ir, él sabía todo lo que sufría por él, pero ni me dejó ir ni se la jugó por mí. Hizo todo para seguirme teniendo bajo su dominio, para mantenerme herida, ¿por qué? me lo pregunté tantas noches de insomnio, de dolor, de dudas, ¿qué era lo que estaba mal en mí?, ¿por qué me seguía teniendo cautiva, dándome la porción más escasa de su amor para que sobreviviera, pero no me daba el todo para que no muriera en vida?, ¿en qué había fallado?, ¿qué te había hecho para que me estuvieras destruyendo?

Yo sólo quería que pararas, yo te amaba demasiado, yo estaba dispuesta a todo por ti y simplemente no daba crédito a todo lo que pasaba, era una maldita ironía, un mal chiste. Quise justificarte pensando que en tu pasado habías tenido muchas heridas y que te daba miedo aceptar lo nuestro y que esa era la razón por la que siempre regresabas. Hubiera dado todo porque eso hubiera sido cierto, amaba esa mentira, durante más de 1 año me la estuve repitiendo, ella era mi único consuelo para tratar de sobrellevar este rechazo, es que tenía que ser cierto, tú me amabas, no pudiste haberte quedado intacto ante todo lo que vivimos, todas esas noches de risa, de diversión, de miradas cómplices, a los abrazos que me dabas cuando mi mundo se derrumbaba con mi familia, con mis sueños, con mis metas. A pesar de que todavía no pasaba nada entre nosotros, me sentía tan afortunada de tenerte como mi amigo, la amistad, en eso les ganaba a todas tus "amigas" con quienes habías tenido más que palabras cordiales y ya, porque en cuanto al sexo, sé que para ti no fue nada especial, porque lo habías hecho con muchas, como un mero acto. Pero para mí si fue especial, era la primera vez que estaba con alguien así, a pesar de mis 19 años, antes que a ti sólo había besado a un chico con el que salí sólo una vez a los 16, tú eras a quien más quería y con quien perdí mis miedos e inseguridades en cuanto a mí.

Para ti siempre fue primero tu orgullo de macho, que yo. "Suéltame, no me toques la mano. No te sientas especial por lo que acaba de pasar, porque no lo eres. No significó nada y no te pongas romántica porque yo nunca te he tratado así, especial" Eso me lo dijiste la primera vez que nos besamos en tu casa después de que te dije que no quería ser tu amiga con derecho. Llevabas toda una semana tratándome súper bien, recuerdo que viajamos a un pueblito, nos tomamos muchísimas fotos, me cuidaste y ayudaste mientras escalábamos y en el camino de regreso me quedé dormida en tu regazo. Además toda la semana siguiente me habías tratado con tanta ternura que parecía irreal y entonces fue cuando me invitaste a tu casa y nos besamos. No es como que quería tener una relación seria, quería que fuéramos despacio, pero me bajaste abruptamente del castillo en el que estaba montada. Me sentí tan herida y tan estúpida, que recuerdo que te dije que lo mejor era hacer como si nada hubiera pasado y seguir siendo amigos.

Mi instinto me dijo que lo dejara, que lo mandara todo al carajo, la amistad, las posibilidades, los sueños, la expectativa. Pero no lo hice, porque quise darle una oportunidad, al menos eso creía, pero la realidad es que yo ya lo quería y ni si quiera me había dado cuenta. Para el lunes de la siguiente semana él ya estaba saliendo con una chica, alguien nueva con quien haría el maldito triángulo amoroso más vicioso y enfermo por todo un año y medio. En ese momento debí retirarme, debí entender que no te detendrías, que me había convertido en tu peor enemiga por el mero hecho de haberte rechazado, al parecer jamás me lo ibas a perdonar y que no ibas a dudar en jugar todas tus cartas para herirme en gran manera. Ahí comenzó una guerra que ya estaba definida, no me dí cuenta de que eso había sido crucial y de que si él realmente me hubiera querido, me hubiera elegido, se hubiera quedado a pesar de mis dudas, de mis miedos. Sin embargo, lo que me enseñó es que efectivamente era completamente reemplazable y para nada especial. A pesar de todas estas señales tan certeras y obvias, decidí quedarme, decidí entrar a un juego malévolo en el que iba a terminar hecha polvo, no una vez, sino miles, yo creí que lo hacía porque él había herido mi orgullo, pero aunque en ese momento no lo sabía, la realidad es que me quedé porque estaba enamorada de él, por eso me quedé, a pesar de que mis probabilidades de ganar eran prácticamente nulas e inexistentes, me quedé a luchar por ese 1 % de posibilidad, lo hice porque por todo lo que habíamos vivido, realmente creí que funcionaríamos, que teníamos oportunidad, que merecíamos la pena para el final terminar juntos.

Te juro que hubiera dado todo porque eso hubiera pasado, porque la suerte y el destino hubiera jugado a nuestro favor, pero tú ya habías tomado tu elección, destruirme sin piedad, sin remordimientos, usarme hasta el cansancio, ilusionarme, jugar conmigo, confundirme. Te convertiste en mi peor enemigo, pensando que eras mi mejor aliado, pensando en que era importante para ti y cuando menos me dí cuenta, ya estaba cayendo en ese barranco, me estaba hundiendo cada vez más, estaba muriendo en vida por ti y en ese barranco lleno de traición y oscuridad muchas veces apareciste "salvándome" cuando en realidad me estabas hundiendo más entre la duda y el desamor. Yo soporté todo porque me vendí la mentira de que me amabas, de que en algún punto me elegirías y lucharías por nosotros, pero la realidad es que no, por supuesto que no me amabas. El amor no consume, el amor no mata, no traiciona, el amor no retiene, el amor lucha, el amor deja ir cuando es necesario, el amor no destruye, no definitivamente el amor no es un juego de quién tiene más poder sobre quién. Pensé que contigo había conocido el amor, pero no, sin duda eso no es amor, tú no fuiste el amor de mi vida, tú eres el error de mi vida. Ya que no es lo que sabes lo que te pone en problemas, sino lo que crees que sabes y no es así. Sí, me cegué, desde un inicio no quise ver quién realmente eras, sino que te idealicé y con ello inventé la historia más bella de amor jamás contada, cuando en realidad lo nuestro sólo fue un caso clínico de psicópatas vacíos manipuladores. En este momento es difícl decir qué siento por ti, pero lo real es que no quiero volver a verte nunca más. Le pediré a Dios que no nos volvamos a cruzar, que seamos esas asíntotas, que se acercan mucho y que después se separan para siempre. Descuida, al fin resolví mi enigma, nunca se trató de mí o de que tuviera algo malo en mí, sino que era más simple, sólo no me amabas y cariño, por supuesto que no tenías que y en este día decido dejarte ir de mi vida, a pesar de todo no te guardo rencor ni odio, porque aunque fue mentira en días llegué a ser la chica más feliz del mundo, así que te agradezco por ello. Tal vez de tu parte no fue amor verdadero, pero el mío si lo fue y entendí tantas cosas que me hicieron crecer como persona y ser más madura. Conitgo hay un antes y un después, y aunque ya no estaré contigo, por ahora no quiero a ningún después que tome tu lugar, sino que necesito tiempo para sanar las heridas y para celebrar que a pesar de todo pronóstico, gané, salí del barranco.
637 visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Joseriichart 467 puntos 8 Jun, 2018 Joseriichart 467 puntos
Muy trabajado
+1 voto
8 Jun, 2018
Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.