No tienes una idea de cuánto te he extrañado y eso que sólo hemos estado separados por dos días, pero es que quizá el dolor se deba a que sé que esta vez te perdí para siempre, cariño ya no puedo más con esta mentira, con este tormento al que a lo mejor erróneamente he llamado amor, pero que es lo más parecido que he conocido sobre el amor. Dicen que el amor duele y vaya que sí, porque no es por nada pero sencillamente siento que me desmorono en estos momentos y es que después de haber vivido tanto es bastante jodido entender que te perdí, que perdí en esta guerra con todos, te perdí a ti como mi amigo, perdí mis ilusiones, mi inocencia, mis sueños, la risa ligera que me caracterizaba, perdí, pero el hecho que más me duele es que perdí conmigo misma y es que cada día libro una batalla para levantarme y seguir adelante, a decir verdad creo que la rutina no es tan mala como parece y se ha convertido en mi mejor amiga, a parte de la nostalgia, de la soledad y del dolor que siento, el cual en momentos se agudiza y parece tan certero, que en días como hoy siento que no me podré reponer, que nunca te dejaré de querer, carajo, nunca, que no soporto que no estés aquí, que los recuerdos me atormentan tanto que a veces siento que me volveré loca.

Ya estamos en verano y pensar que fue hace exactamente un año cuando nuestra historia comenzó, realmente me pone mal, cariño, sólo he de hacerte unas preguntas, ¿me llegaste a querer en algún punto?, ¿te llegué a importar? ¿lloraste como yo las veces en que me fui? no me digas nada, sé la respuesta, la respuesta es sí a absolutamente todo, sé cuánto sufriste las veces que me fui, las veces que quise renunciar a nosotros, las ocasiones en las que te ignoré y aparenté que no me importabas en lo absoluto, pero entonces por qué, por qué, por qué no luchaste lo suficiente, por qué no renunciaste a tu vida de casanova, por qué no saliste de tu zona de confort y peleaste por lo que verdaderamente querías, cariño por qué, por qué, yo sé que en muchas ocasiones yo te llegué a herir con mi orgullo, pero te juro que no hubo un maldito día en el que no pensara en ti, en el que mi corazón no agonizara a morir y me reclamara el hecho de por qué nos estaba haciendo esto, definitivamente no sabes lo que costó y lo que significó para mí luchar en contra de nosotros, de ignorar todo lo que sentía por el hecho de que si no le hacía caso a mi cabeza, me ibas a terminar destruyendo, me fui de ti porque me estabas matando y tú lo sabías, sabías todo lo que había entre nosotros, sabías que te quería, que por ti estaba dispuesta a todo, pero mientras tú eras todo mi universo por el cual estaba dispuesta a morir, para ti sólo era una más de tus fieles admiradoras, tu muñequita de aparador a la que debías mantener en un cristal y sólo tocarla cuando tuvieras deseos insaciables que ninguna de tus otras conquistas podía saciar y ¿sabes por qué? porque lo nuestro iba mucho más allá de ser sólo algo físico, más allá de ser sólo atracción sexual, era algo más que algo que debías poseer, descuida, te explico, lo que tú sentías, lo que yo sentía, lo que ambos sentíamos era amor, sólo que cariño no te habías dado cuenta y te aterraba la idea de aceptarlo, porque yo no era la chica de tus sueños, la típica niña de la cual te hubiera encantado tener el control, porque a mí nunca me tuviste sumisa ni bajo la merced de tus deseos, lo cual era el motivo de nuestras constantes peleas por nuestro choque de carácter, pero en el fondo sospecho que te encantaba verme enojada, porque después de una gran pelea llena de dramas y lágrimas, venía la reconciliación, mi parte favorita, en la que te encargabas de recordarme por qué eras el dueño de mi corazón y de mi cuerpo, un gran poder que no ignorabas y del cual incluso te aprovechabas para seguirme teniendo bajo tu dominio, bajo tu egoísmo, bajo tu miedo, bajo tu cobardía y el hecho de que no sabías cómo tenerme, pero tampoco me dejabas ir .

No, definitivamente no era esa chica superficial cuyos lugares que frecuentaba eran el antro, tu cama y el gimnasio, esas chicas que se sentían privilegiadas con besarte en una fiesta, con poder alardear que tenían algo contigo, no, para tu desgracia yo era todo lo opuesto, era una chica que tenía intereses distintos que el tener un chico con quien pasar un viernes en la noche, mis lugares eran la biblioteca de la escuela en los cuales pasaba largas horas de estudio y que de pronto se convirtió en nuestro lugar de encuentro, de risas, de enojos, el lugar en el que nos enamoramos. Una chica que no se conformaba con un “No” como respuesta, una chica que no dudaba en ponerte en tu lugar cada vez que te pasabas de imbécil, que le encantaba llevarte la contraria, que estaba incondicionalmente para ti, que te escuchaba, que confiaba en ti para que dieras lo mejor de ti. Definitivamente no, no era esa chica de la que esperabas enamorarte, era mucho mejor, sin embargo, todo eso no fue suficiente para que lucharas en contra de todo, incluso de ti mismo. Me queda claro que un chico como tú tenía una “imagen que mantener”, y no, en la vida real los chicos malos no se quedan con la niña buena de la que se enamoran, no, se los juro que no.

Hollywood se encargó de vender muy bien esa mentira, en todas las series, películas, libros e historias comerciales en general, la típica niña buena logra cambiar al chico malo que era una mierda con todos, hasta que la conoció a ella y que al final renuncia a su estilo de vida y a sus conquistas por el amor y tú como estúpida te vas por la vida creyendo que eso sucede en la vida real. Querida, despierta, en este mundo lleno de crueldad a veces toca aceptar que hay personas muy mierda que destruyen todo lo que tocan, que no son felices ni con ellas mismas y que por ende no podrán hacerte feliz, personas preocupadas por mantener una imagen, una apariencia, una vida falsa ante los demás que los haga tener ese estatus de popularidad y perfección, personas quienes no estarán dispuestos a renunciar a su forma de ser y a sus múltiples relaciones informales por un estúpido amor que les haya provocado una chica que rompió con todo lo que creían seguro.

Cuando lo conocí eso fue lo que sucedió, pensé que él se daría cuenta de el inmenso amor que él sentía y que renunciaría a todo por estar conmigo y la realidad es que no fue así, lo que verdaderamente pasó fue que yo fui renunciando a muchas cosas súper importantes en mi vida para poder estar con él y sin embargo nunca le fue suficiente, sino que fue tomando cada vez más de mí, hasta que se llevó todo, hasta mi dignidad y me dejó completamente vacía y rota. En esos momentos me encontraba completamente destrozada, sin esperanzas, muerta en vida y decepcionada de haberle entregado todo a la persona equivocada, simplemente no podía entender, no me cabía en mi entendimiento cómo a alguien que yo amaba y por quien me había deshecho para que estuviera completo, no le importara en absoluto lo que yo sintiera, que a pesar de todo mi sacrificio y de haberle dado el amor más puro de mi ser, él me seguía utilizando como un juguete a turno de su estúpida colección. No podía y no quería entenderlo, supongo que la aceptación es uno de los aspectos más duros de enfrentar, pero es necesario para tu propio bien, pero es que es duro ver que mientras yo daba todo y hasta lo imposible, sólo era vista como un objeto, utilizado y desechado. En verdad no lo entendía y es que no podía creer que me haya enamorado de un insensible egocéntrico, no comprendía por qué me había enamorado y hacía cosas para seguirme teniendo en su control, pero no para tenerme en serio.

¿Sabes qué es lo peor? que ni si quiera te puedo odiar, que no te deseo ningún mal, que lo único que deseo es poder superar este dolor, sé que nunca te podré olvidar del todo, sé que siempre habitarás una parte de mí y que yo siempre habitaré en alguna grieta de tu oscuro, enigmático y duro corazón, estuviste junto a mí en muchos momentos tan duros sin que te lo pidiera, me apoyaste en momentos en los que estaba hecha polvo, que a pesar de que todo salió mal y de que no terminamos de la manera en que esperamos, que a pesar de que muchas veces nos destruimos, sé que nunca te dejaré de querer, sé que mi amor hacia ti será puro, infinito e incondicional, porque sé que en el fondo, muy en el fondo, hay un amor entre nosotros sumamente profundo y especial que sin importar la distancia que ambos tomemos, será suficientemente fuerte para encontrarnos cuando ambos nos necesitemos, para estar lo más cerca que podamos para tener el aliento de esperanza en nuestra deshecha historia, pero no tan cerca para no quemarnos con la brasa de nuestro tormentoso amor, de eso, sólo de eso estoy segura. Sé que sin importar el tiempo, la situación, de nuestra condición emocional y la distancia que haya entre nosotros, sé que seguiremos estando el uno para el otro cuando nos necesitemos.

Hablando de contar con nosotros mismos me vienen algunos recuerdos cruciales a mi mente, la primera vez fue en primer semestre cuando ni si quiera te consideraba mi amigo y que incluso sentía un cierto desprecio hacia ti, recuerdo que ese día había llorado todo el día por la difamación que un profesor me había hecho por medio de las redes sociales de la escuela, estaba desolada y no es como que hubiera personas a las que les importara el cómo me sentía, recuerdo que llegó nuestro mejor amigo a quien le conté todo lo sucedido y después se fue. Recuerdo que fui al baño y te vi justo en la puerta, te acercaste y me dijiste que te habías enterado de todo lo sucedido y que lo sentías en verdad mucho, yo te dije que no me sentía bien, que sentía mucha presión de todos, que tenía miedo y que no sabía qué hacer, en ese momento me abrazaste y me solté a llorar en tus brazos, ¿Cómo era posible que el chico con quien apenas había cruzado dos palabras, de las cuales la mitad eran mero sarcasmo de mi parte, a quien hace a penas unos momentos consideraba un patán, un idiota, realmente le importaba cómo me sentía y estaba ahí dándome el apoyo que ninguno de mis amigos de años que había hecho en la preparatoria me estaban dando? Me miró fijamente y me dijo "Eres súper valiente" y es que lo decía porque el hecho de enfrentar a un profesor y de retarlo por difamación era algo que muy pocas personas estaban dispuestas a hacer, entre ellas yo, mi madre me había enseñado a siempre actuar con justicia y a defender mis ideales y era precisamente lo que había hecho, pero como en toda situación, siempre había algún idiota que te recordaba que por ser una chica con una beca importante, no tenías derecho a defenderte, sí, lo que había hecho era de locos y al final le gané la guerra al profesor.


Ese momento marcó un antes y un después en mi vida, el chico que de engreído y mujeriego no bajaba en realidad no era tan insensible como aparentaba y me había defendido a muerte mientras otros por miedo se habían callado y eso que no llevábamos ni un mes de conocernos, realmente me dio un golpe con guante blanco porque me hizo tragarme todas mis palabras y me hizo realmente tomar la posibilidad de hacerlo mi amigo y de empezar a conocerlo sin mis prejuicios, pero lo que realmente sucedió es que el chico del que estaba enamorada también me había defendido, así que le agradecí el gesto que hizo por mí porque en verdad me tomó por sorpresa, pero mi corazón en verdad le pertenecía al chico del que estaba enamorada, así que para ser honestos no le dí mayor importancia a todo lo que me dijo, en sí no fue de gran trascendencia y supongo que eso es lo que pasa cuando estás enamorada de alguien más.

Pero si algo era cierto es que ese chico al que comencé detestando, ya se estaba ganando un lugar especial en mi ser. Al día siguiente, cuando la desastrosa crisis por fin se había arreglado, llegué a biblioteca para estudiar para el examen parcial de matemáticas que tendría en una hora y en ese momento lo ví, "Hola, ¿cómo se encuentra mi nueva amiga favorita?" al parecer el hecho que había sucedido el día anterior había sido el punto de confrontación que estaba dando inicio a nuestra amistad, en realidad a nuestra trágica y hermosa historia de amor, pero les juro que en ese momento, a pesar de la atracción física que ambos sentíamos, no teníamos ni idea de lo que el destino nos tenía preparado y pues para nuestra desgracia, ambos sólo seríamos unas pobres víctimas de los azares de la vida y de esas ridículas y dolorosas coincidencias de las que tiempo después nos damos cuenta, sólo para reafirmar que definitivamente ya estaba escrito todo lo que sucedería.

Ese día era un viernes en la noche y debido al estrés que se había vivido en la semana con las elecciones presidenciales de Estados Unidos aunado a la pronta entrega de proyectos finales, decidimos salir a cenar tacos mi mejor amigo, una amiga, él y yo. Recuerdo que ese día estuvimos hablando del último chico al que había bateado y a quien no pensaba ni de chiste darle una oportunidad, recuerdo su cara de sorprendido, "sí cariño, por supuesto que hay una larga lista de pretendientes que quieren algo conmigo y sí, me doy el lujo de rechazarlos" pensé para mis adentros, pero la cruda verdad es que no lo hacía por hacerme la interesante o ganarme fama de inalcanzable, lo hacía porque estaba sumamente enamorada de un chico que no me quería y que sólo había estado jugando conmigo.
Al salir, mi mejor amigo y mi amiga se fueron juntos porque vivían por el rumbo, en cambio él y yo nos regresamos juntos porque él tenía que atravesar la universidad para llegar a su casa y pues yo tomaba el taxi seguro de la escuela para llegar a mi casa, esa noche estaba helando, era el mes de noviembre y mientras caminábamos, recuerdo que yo comencé a caminar en la orilla y a poner mis manos estiradas como lo hizo Rose en la película del Titanic, él en cambio no fue tan romántico como Jack, sino que me tomó por la cintura y casi hace que me caiga, yo le reclamé y el sólo se rio. Hacía tanto tiempo que no me sentía tan bien, tan libre, tan alegre y eso en verdad lo agradecía, al llegar a la puerta yo pedí mi taxi y le dije "cuídate, nos vemos luego" él me respondió, "No, te espero a que llegue tu taxi" y se sentó a mi lado en la banca y recuerdo que me miró y le sostuve la mirada, sin duda fue un momento especial, pero no, yo no iba a caer, no sería como las otras chicas, así que en vez de ponerme romántica, le dije "Cuéntame un chiste" Me miró con sorpresa, sonrío y me contó el peor chiste que jamás había oído en mi vida, pero aún así me reí, no es que fuera especial, pero es que literalmente yo me reía de todo "Nos vemos, ya llegó mi taxi" le dí un beso en la mejilla y me subí al taxi.

Tal vez no había querido aceptarlo en ese momento, pero me gustaba lo que estaba pasando, sabía que él pensaría que me estaba haciendo la difícil, pero no era así, porque yo estaba enamorada de otro chico y pues en caso de que todo saliera bien, sería más que perfecto tener al chico de mis sueños conmigo y ser amiga de ese atractivo player. Pero a quién engañaba, en el fondo me gustabas bastante y eso de la amistad sólo era un pretexto para conquistarte y demostrarte que yo era diferente y que conmigo tus juegos no iban a funcionar, estoy segura de que en esos momentos pensaste lo mismo. Las cartas ya habían sido echadas y nosotros ni si quiera nos habíamos dado cuenta, o tal vez, muy en el fondo sí y es que si en algo nos parecíamos cariño es que nos encantaba jugar y amábamos ganar sin importar las consecuencias.

El recordar todo esto me ha ayudado a darme cuenta que cuando algo va a pasar, no hay nada que puedas hacer para evitarlo, supongo que contigo tenía que vivir una hermosa amistad e irme descubriendo en mi sexualidad, en mi corazón y en el poder de mis decisiones, sin duda a mis 20 años eres una de las personas que más me ha marcado en mi vida, casi del mismo modo como lo hizo el enterarme que mi padre biológico había muerto y que nunca iba a poder saber las razones que había tenido para abandonarme, casi como cuando iba en prepa y mi madre y yo nos enteramos de la infidelidad de mi padrastro o casi cuando me enteré recientemente que mi padrastro tendrá otro hijo que está a punto de nacer y que se va a separar de mi mamá. A ese nivel me doliste y me marcaste para siempre, a pesar de todo el daño causado y del inmenso dolor, me decidí a ser una mejor persona, porque creo que son las situaciones más complicadas las que forman el carácter de las personas y determinan su fortaleza, sé que cada vez me hago más fuerte, pero no sé, en días como hoy en los que te extraño porque a pesar de que hace poco estuvimos juntos, aunque sé que lo que pasó significa algo entre los dos, porque a pesar de todo ello, sé que no estás dispuesto a pelear de verdad por nosotros, sé que ambos tenemos tantas heridas por las cuales daría todo para que por fin cerraran y cicatrizaran como si nunca hubieran sido hechas, porque sé que siempre has sido un cobarde y aunque sé que me quieres, a pesar de todo lo que sentimos y de todo lo que vivimos, no tenemos una oportunidad real de estar juntos al 100% , en días como hoy en los que sé que te fuiste y que no te veré hasta dentro de dos meses, hasta agosto, que tendré que ser valiente y lidiar cada día contra la soledad, en días como hoy en los que me debato si continuar contigo teniendo inmenso sufrimiento y pequeños momentos de felicidad esporádica, en días como hoy en los que tu recuerdo duele más de lo normal y que mientras camino en la biblioteca, en los pasillos de la escuela y en los salones me la paso teniendo flashbacks de todos nuestros momentos de hace un año en los que fuimos tan felices, perdón pero es que en días como hoy el dolor pesa un poco más de lo habitual y es que a pesar de mi dura situación familiar, me atrevo a decir que tu decepción fue la más dolorosa y dura de aceptar. Perdón, pero es que en días como hoy ansío tu regreso, aunque sé que nos separaremos, como pasa cada vez que hacemos e