Bienvenido oh amable señor, reciba una cálida bienvenida en nombre de este humilde comerciante de especias, frutos y camellos.. Mi nombre es Rasid, y el sitio donde nos encontramos es la encrucijada antes de llegar a mi grandiosa ciudad de origen, Medina Gharnata.

Veo que está exhausto, !adelante!, !adelante!, entre en mi humilde jaima y sentemonos a debatir asuntos importantes bajo este condenado sol de verano, pues me imagino que no ha venido de tierras tan lejanas para pasar calor a la intemperie.

Como le he comentado por carta, hay un problema en esta tierra, un problema que nos avergüenza a todos en esta ciudad, pues como sabe, nuestro querido Sultán Yusuf I, que Alá lo tenga en gloria, a dejado este mundo.

Al parecer, a nuestro gobernante, lo han asesinado, mal camello me vendan si se quien a sido, pero el caso es que ha sido así .

Le he traido hasta aqui, por que me informaron que allí en la tierra de donde proviene usted, es un escribano de gran renombre, pues bien iré al grano y sin rodeos, le he hecho venir, por que quiero que sea testigo y oiga de primera mano la historia de esta condenada ciudad, y del devenir que nos espera, ahora que hay nuevo Sultán…, o podría decirse ¿Sultana?.

Vera, al parecer, ahora nos rige una hija del difunto Sultán Yusuf I, hija que por otro lado nunca a sido reconocida por él, pero que se le va hacer, corren tiempos aciagos para nuestro pueblo, con los cristianos infieles cada vez quitándonos más terreno y posesiones… Casi le podría decir buen señor, que el hecho de que nos gobierne una mujer, es el menor de nuestros problemas, el problema está en cómo accedio a ese cargo, ya que las malas lenguas, dicen que si hizo un pacto con el maligno, ya sabe cosas de brujería.