Un modelo representa a una estructura o estrategia que existe en nuestro mundo. Es decir, cada realidad puede convertirse en un conjunto de elementos interrelacionados en nuestras mentes .
Los modelos gerenciales para la toma de decisiones son conjuntos de elementos vinculados entre sí por relaciones. La diferencia que existe entre modelos se debe a sus diferentes naturalezas, a la diferente cantidad de elementos y relaciones entre ellos, a sus diferentes propósitos generales, funciones y estructuras.
La toma de decisiones en las empresas es definida en muchas ocasiones por el estilo de liderazgo, la cultura de la alta dirección y el modelo gerencial que existe en la organización. Los modelos gerenciales simplifican la realidad de las organizaciones, con la finalidad de realizar mejores juicios de valor al momento de la toma de decisiones.
Los modelos gerenciales para la toma de decisiones son estrategias de gestión organizacionales que se usan en la dirección y desarrollo del sistema y procesos de la misma. Todo modelo es una representación de la realidad que trata de reflejar, por lo que cuando hablamos en gerencia hablaremos de modelos que determinarán una pauta, una base de sustento que a la larga permite el desarrollo orientado de la empresa u organización en general que lo utiliza.
Hoy en día podemos decir que estos modelos gerenciales para la toma de decisiones permiten a las compañías alcanzar sus objetivos estratégicos, satisfacer a los clientes y destacarse por encima de la competencia. Cabe decir, no obstante, que ningún modelo por sí mismo sirve para direccionar a una empresa por sí solo, lo que marca la diferencia es una aplicación creativa, que es ahí donde radica la clave del éxito.
Exploramos tres modelos gerenciales muy comunes en las organizaciones.
Si algo podemos destacar de la cultura occidental es que se distingue por ser partidaria de los estilos de liderazgo que concentran el poder en una sola persona o un grupo de ellas, algo que se refleja de forma muy notoria en el mundo organizacional.
Bajo este modelo, las organizaciones dependen mucho de las acciones del líder. El liderazgo concentra el poder en una sola persona que domina, planean, organiza, dirige y controla todo, siendo responsable de la eficiencia del grupo, utilizando instrucciones para que sus subordinados las ejecuten.
Tiene como aspecto negativo que puede darse el caso de que el líder no confíe en los miembros de su equipo, ya que como el liderazgo individual predomina en la empresa, consideran que los subordinados no deben tomar decisiones, sino hacer lo que ella decide. Sin embargo, en caso de desarrollarse de la forma correcta, este modelo puede ir sumamente bien. En el modelo occidental, un tomador de decisiones que hace bien su trabajo se caracteriza por los siguientes comportamientos:
En este modelo gerencial el poder y la responsabilidad se dividen entre todos los involucrados en la búsqueda de una solución a determinadas situaciones. El líder se adapta a los cambios, es dinámico, experto en áreas específicas y crea un ambiente de trabajo en equipo comprometido con el logro de los objetivos. La característica más destacable de este modelo es que el líder es un miembro más del equipo y todos tienen participación en la toma de decisiones.
Entre sus principales ventajas podemos destacar:
Logra un liderazgo fuerte
Crea y fortalece una cultura de trabajo positiva
Dirige el equipo hacia la interdependencia y la sinergia grupal
Propiciar reuniones caracterizadas por un alto nivel de comunicación y confianza
Alienta a los empleados a usar sus talentos
Facilita el proceso para la toma de decisiones
Ayuda a resolver problemas
Reconoce y define oportunidades
Obtiene el compromiso del equipo
Reconoce las habilidades del equipo, sus debilidades y trata de volverlas fortalezas
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En el modelo occidental, el tomador de decisiones se siente personalmente responsable del éxito de la sección. Esta persona trata de pensar personalmente en soluciones a los problemas, e imponerlas a los subordinados, intentando controlar personalmente lo que pasa. A raíz de esto, podemos decir que el tomador de decisiones occidental siente satisfacción resolviendo problemas complicados.
En cambio, en el modelo oriental el tomador de decisiones ayuda a los miembros del equipo a aumentar su sentido de responsabilidad en el manejo de la sección. Permite que los subordinados adquieran una mayor capacidad y se esfuercen en la búsqueda de soluciones para los problemas esenciales de su sección. En el modelo oriental el tomador genera control en el sistema, no lo impone, permitiendo que sus compañeros, tratados como iguales, se sientan responsables del control y la coordinación. Aquí se siente satisfacción al ver que tanto el equipo como los individuos que lo conforman tienen éxito.
Es importante destacar que ninguno de estos modelos es peor o mejor que el otro, sino que al igual que los estilos de tomadores de decisiones dependerá de la estrategia y la situación en la que se encuentra la organización. Sin embargo, se sugiere adoptar prácticas que motiven el trabajo en equipo, el desarrollo personal y profesional, convivencia motivación y la pertenencia de los colaboradores.
La intuición es un fenómeno todavía misterioso, sobre el que se requiere todavía mucha investigación para conocer en profundidad los procesos neurológicos que lo sustentan. Es curioso que algo tan presente en nuestras vidas sea todavía muy ignorado, incluso cuando se habla de toma de decisiones, a pesar de que tomamos la mayor parte de ellas a partir de la intuición.
Es por esto que el modelo gerencial intuitivo ha generado cierto interés en los últimos tiempos.
La intuición puede ser:
En el modelo intuitivo es necesario que el tomador de decisiones trabaje dejando fluir sus ideas y, luego, usando el raciocinio para detectar qué ideas son útiles y cuáles no para alcanzar el objetivo.
Puesto que cada persona es experto en su propio trabajo, se podría decir que realmente el modelo occidental y el modelo oriental no son los más aplicados en el mundo organizacional como modelos gerenciales para la toma de decisiones, sino una mezcla de ambos basados, sobre todo, en la intuición.