Por fin suena el timbre,piensa ella para sus adentros, por fin viernes, después de una dura semana más por fin el fin de semana, a parte la semana que viene son las fiestas del pueblo y hay festivos, donde, claro está, está prohibido no salir por lo menos una noche.
Por ella, su mejor amiga y el chico pesado que siempre se mete con ella, se disponen a andar cara casa. Mientras conversan de temas sin importancia, René mira la hora unas tres veces hasta llegar a medio camino, donde está el parque donde siempre paran .Allí René y el pesado de Mateo no pararon de discutir, lanzarse pullitas, o simplemente pegarse de broma; cosas que a Nina, su amiga, no le hacían sentir muy cómoda la verdad, hasta el punto de tener que preguntar que para qué estaba ella allí. Más adelante, ya llegando a su casa, René se niega a despedirse de Mateo y este la garra y le da un abrazo con el que hace que las costillas de la chica comiencen a crujir una tras otra, cuando ella consigue desengancharse, es Nina la que se despide de Mat, y estas siguen su camino hasta casa.Mientras René no para de desear que sea mañana para volver a ver al pesado de Mat.