Tenemos que asumir las consecuencias de nuestros actos.

Tomamos decisiones erróneas, las llevamos a cabo, y, como es de esperar, nos salen mal, pero no queremos asumir las consecuencias de dichos actos. Nos sorprendemos o nos indignamos ante los resultados, o le echamos la culpa a otros, pero nunca, nunca, asumimos nuestro error.

Así, por ejemplo, si tenemos un examen la semana que viene, y no estudiamos en toda la semana, sino tan sólo el día anterior, unas pocas horitas y a toda prisa, y sacamos mala nota, no decimos: me lo merezco, tuve que haber estudiado en toda la semana (asumiendo nuestro error, asumiendo nuestra falta de responsabilidad), sino que lo que hacemos es quejarnos contra el profesor porque "me quitó 0,5 en esta respuesta y yo veo que está bien..., y me puso sólo medio punto por esta respuesta!".

O si tienes un dinero guardado para pagar el alquiler de tu casa, pero ves algo muy chulo (y caro) por internet, y tomas la libre decisión de comprarlo utilizando aquél dinero, y después llega la hora de pagar el alquiler y no tienes dinero alguno para pagarlo.. .Te llevas las manos a la cabeza y dices: ¿y ahora qué hago?.. Pues ha sido consecuencia de tus actos, de tus malas decisiones momentáneas...

O si decides aparcar donde no se debe (sabiéndolo), y al día siguiente te encuentras con una multa, y ¿qué solemos hacer? Llevarnos las manos a la cabeza, o quejarnos... pero nunca decir: es verdad, me he equivocado, fue algo estúpido el haber aparcado aquí sabiendo que no debía.

A veces actuamos sin pensar, y al hacerlo, en el momento, no pensamos en las consecuencias, pero cuando llegan, de repente, no queremos asumirlas, o queremos echar la culpa a los demás o queremos buscar mil y una excusa, en lugar de asumir nuestra falta de responsabilidad.

Pero debemos entender que sí, muchas, muchas veces nos equivocamos y nos equivocaremos, que muchas veces actuamos por impulso y muchas veces tomamos malas decisiones, pero también tenemos que entender que el equivocarnos y el tomar malas decisiones acarrea consecuencias, y que cada uno debe asumirlas y lidiar con ellas, aceptarlas e intentar resolverlas. No, por el contrario, huir de ellas, culpar a otros, o sorprenderse por ello. Hay que afrontar las situaciones, hay que aceptar "lo que venga" a causa de nuestras decisiones, y hay que aprender para la próxima vez no actuar de la misma manera, pues el hacerlo, acarreará la misma consecuencia.

Hay que aprender sobre todo lo que nos sucede en la vida, hay que procurar no cometer los mismo errores una y otra vez y hay que dejar de ser tan impulsivos. Hay que pensar más en las posibles consecuencias de nuestros actos y si no pensamos en ello, "apechugar" con lo que nos venga, pero reconociendo que en muchas ocasiones la culpa es tuya, tuya y solamente tuya.