Esta noche no, esta noche no soy la chica del postureo a las tantas de la madrugada por insomnio. Hoy no me apetece, al igual que no me apetece dormir .Pero tú sí, casi es costumbre ya, tú sí me apeteces.
Me sigo preguntando dónde estás, como cada noche. Intento evitarte al menos durante el día, casi como tú todo momento romántico. Y esto sigue siendo en vano. Ni por pensarte ni por dejar de hacerlo. Me corroen las dudas, me desgarran las entrañas, tan sólo por saber dónde coño estás. No me quiero ni imaginar cuando llegue a pensarte un poco más, qué sentirás, si me echarás de menos, o de más. Pero lo dejo por imposible. Me sobran puñales tan sólo con un dónde estás.

Mientras tanto sólo espero que un día, sea insomnio de verdad, y no despertar cada poco tiempo ahogada en lágrimas y perdida en las sábanas, durmiendo desnuda, como solíamos hacer, pero ahora al levantarme ya no estarás. Dónde coño estás. Mis lágrimas saben mucho a ti, muy saladas y poco dulces, más bien agradables pero sabes que el tenerlas está mal de por sí, al menos, mal visto. Porque siempre me decías que me quedan preciosas las lágrimas si van seguidas de sonrisas. Que pena que no estés, nadie endereza hoy esta curva sonrisa. Dónde coño estás.