Cartas a destiempo
5 May, 2018
Tiempo de lectura aprox. :
14 min.
+12 votos
Siento que hay tantas cosas que quisiera decirte, podría pasarme horas frente a ti solo hablándote de nosotros, pero me cuesta enormemente escribir esto o iniciar una frase siquiera.
Por primera vez eres tú quien necesita que conversemos, mi primera reacción es decir que no, porque sincera y contradictoriamente, no quiero hablar, tengo mucho por decir, pero no quiero conversar.
Llevo días queriendo escribirte, siempre me hace bien desahogarme de alguna forma, pero he tenido solo intentos frustrados, porque apenas hago el esfuerzo. no consigo más que mantener la página en blanco, ahora tuve que poner música para concentrarme en esto y desconozco todavía cómo empezar.

El roce de tus dedos en mi cuello ese día fue increíble, esa sensación que había olvidado estremeció por completo todo en mí y dudo que hayas sido capaz de notarlo, quise abrazarte y besarte locamente en ese ascensor, pero me contuve porque quería aguardar un poco más por las demás sensaciones, en momentos me arrepiento de no haberlo hecho .
Me tomaste por sorpresa con esa caricia tan leve, no estaba preparada para eso y fue maravillosa, a ratos necesito revivir en mi cabeza ese momento.

Me encanta la forma en que necesitas romper nuestra distancia física, tus roces y caricias, cada vez que necesitaste tocarme para estar tranquilo. Te dejé avanzar todo lo que quisiste, reprimiendo mis propios deseos de tocarte, porque quería disfrutar de tus manos, dejar que cada trozo de mi piel reaccionara y se deleitara con el roce de tus dedos, y cuando te abracé, todo este tiempo sin sentirte se hizo añicos, esos minutos en que toqué tu cuerpo, oí de cerca tu respiración y sentí tu aroma, fueron la mejor recompensa a estos meses. Te dejé actuar en libertad, sin apuros, porque de verdad necesitaba aprovechar cada segundo de todo lo que desearas darme, aún a riesgo de tener que contenerme demasiado para no besarte atolondradamente y pedirte que volvieras a ser mío, y cuando al fin te besé, fue mucho mejor de lo que había imaginado que sería. Extrañaba todo de ese simple acto, y tu gemido involuntario en ese momento fue la prueba más honesta de que eso te estaba gustando tanto como a mí, quise tocarte, besarte más apasionadamente cada nuevo segundo y en mi cabeza solo cruzaba el pensamiento de quitarte la ropa y hacer el amor contigo inmediatamente, para mí, obligarte a que nos separáramos, fue una prueba de fortaleza enorme, mi cuerpo pedía a gritos tenerte, pero supe contenerme y por momentos no tengo la certeza de si fue un acierto o un error.

Hacer el amor contigo es esa mezcla de necesidad y apuro, de pasión y un poco de ternura, es ese momento único, loco y de maravillosa complicidad, siempre desesperado el uno por el otro. Sentir tu respiración agitarse, la seguridad con que tus manos recorren mi cuerpo, la suavidad con que acaricias mi piel, la sensación de tenerte dentro y la manera en que logro el éxtasis contigo. Tu forma de hacerme disfrutar hacen que de verdad desee pasarme las horas solo teniendo sexo contigo, y de verdad que no imagino a alguien más ocupando tu lugar conmigo y eso hace más difícil todo. Amo esa atracción física tan potente entre nosotros, pero también es lo que me dificulta mantener la distancia contigo, quisiera que pudiéramos ser amigos, conversar, reírnos, mirarnos a los ojos y saber que no hay malos sentimientos entre nosotros, que podemos conservar el cariño que nos tenemos y que podemos divertirnos y continuar pasando momentos agradables en la medida que la vida nos lo permita. Pero eso también me provoca miedo, por no saber cómo sobrellevar nuestras ganas de tocarnos, dominar el deseo de abrazarte y de besarte, no me gustaría depender de un espacio abierto y lleno de gente para evitar todo esto, y sobre todo, me provoca tristeza pensar en no poder besarte nunca más, en no volver a tocarte ni que me tú me toques, en no volver a hacer el amor contigo. Me entristece llegar al día en que deba mirar con nostalgia todas aquellas noches a tu lado, por eso pienso que lo mejor que podría pasarnos es que nunca más volvamos a vivir en la misma ciudad y que así la vida nos obligue a comunicarnos sin vernos y hacer mucho más fácil esto de no tenerte. En mi caso, de verdad me hace mucho mejor saberte lejos, es más llevadera tu ausencia y vivir de los recuerdos a tu lado compatibilizan mejor con mi vida, no sufro y si te extraño a momentos, la cordura me recuerda que no hay nada que yo pueda hacer para cambiar las cosas y vuelvo a ser feliz.

A pesar de añorarte, de continuar amándote, de saberte queriendo a otra persona, a pesar de todo eso, yo continúo adelante, lentamente, pero segura de que cada paso hace que supere un poco más todo esto. No borra lo que siento por ti, pero sí le quita el peso, sí me permite guardarlo bien al fondo de mi corazón y logro concentrarme en aquello que me hace bien, y logro ser feliz. A pesar de todo, te extraño y deseo verte, pero esas ansias se apaciguan con la serenidad de que la vida me dirá cuándo debo verte, y te espero y me alegra la idea de volver a ver tus ojos, tu sonrisa, de escuchar tu voz y de tenerte frente a mí. Pero es una espera calmada y tranquila, dejo que el destino decida cuándo y dónde, y eso me mantiene aliviada en todo momento. El problema grande, sigue siendo tenerte cerca geográficamente, me descoloca, me desordena y sigo siendo torpe al responder ante aquello, no logro dominarme y mis ideas se entrecruzan, se agolpan y por mis boca salen idioteces que no puedo controlar cuyas consecuencias me cuesta demasiado manejar y finalmente termino arruinando y complicando momentos y situaciones que no debieran ser difíciles, como en nuestro último encuentro. No fui capaz de expresarme correctamente y solo logré que te alejaras de mí y frustrándome por sentir que no me querías cerca y que yo estaba siendo demasiado cargante e insistente con algo que tú ya no querías hacer. La sensación final, fue que solo me complaciste para que te dejara tranquilo y ese pensamiento me hirió durante toda esa noche.

Estoy segura de que te preguntas la razón por la que causas todo esto en mí, y la verdad es que esa respuesta no la tengo, y hace demasiado tiempo que dejé de buscarla, simplemente pasó. Dicen que las mejores cosas suceden sin que las planees, y aunque tú jamás has sentido lo mismo que yo, decidí que no voy a arrepentirme de nada entre nosotros. Durante un tiempo sufrí con la idea de todas las cosas que yo debí hacer y no hice, con los “si yo hubiera” “si quizás” “tal vez debí”, etc. Nada puedo hacer ya para cambiar las cosas, aunque sí hay situaciones que me duelen más y errores que pesan más que otros, lamento no haber asumido este sentimiento mucho antes, no disfrutarlo más contigo. Porque amar a otra persona es un sentimiento magnífico, sin importar las circunstancias, me quedo con saber que me has querido, con ser importante en tu vida y con la seguridad de que será por siempre así, porque tengo la convicción de que ni tú ni yo podremos olvidarnos jamás, que la conexión es demasiado fuerte y que sin importar las circunstancias el cariño entre nosotros será eterno y nuestros buenos recuerdos juntos estarán grabados en lo profundo de nuestros corazones y nos permitirán mantener la comunicación sin importar el transcurso de los años, porque te amé y aun te amo y el resto de mi vida esperare que las cosas más sublimes ocurran para tu vida y que seas inmensamente feliz en cada cosa que hagas.

No negaré que en mis sueños pedía que también tú me amaras, y que alucinaba con cada uno de tus "te quiero", en realidad me los creí. Pedía que pudiéramos tener un futuro juntos y compartir contigo tus alegrías y tus penas, no diré que no me dolió la forma en que terminaste las cosas, tampoco negaré que a ella la odio, aunque suene fuerte, no puedo tener sentimientos positivos hacia quien te apartó de mi lado y logró conquistarte. Muchas veces lloré imaginando la cualidad que la hace diferente a mí, envidiando el tiempo que ella pasa a tu lado y todo aquello que a mí nunca me diste, deseé otras tantas ser ella y el hecho de tenerte para mi algunas noches repara mi ego. Saber que la engañas y que ha sido solo conmigo, y solo porque soy yo, hace que me sienta superior a ella y a veces me han dado ganas de gritarle en su cara que a pesar de todo lo que ella tiene de ti, aun así sigues necesitando mi cuerpo y mi compañía, que ella nunca será suficiente para borrarme y que deberá convivir con mi sombra todo el tiempo que este junto a ti, pero no sería capaz de materializarlo, porque incluye hacerte daño a ti y no podría hacer nada que te lo hiciera, además de correr el riesgo de que me odies. De verdad no podría quedarme tranquila con eso, te conozco lo suficiente para saber que a pesar de que yo pueda perdonar tus errores, jamás tú has podido perdonar los míos, independiente del tamaño de ellos y sé que no podría conseguir tus disculpas de ninguna manera.
Debo admitir de corazón que espero ella no sea la última mujer en tu vida, pido al cielo que haya alguien más, que seas feliz y que ames, pero a otra mujer, que si finalmente tu vida no estaba a mi lado, tampoco lo esté con ella, porque el dolor de saberte con ella ha sido inmenso todo este tiempo, porque las heridas que me dejaste son muy profundas y es una cicatriz que jamás desaparecerá. Aunque yo avance, te perdone, te supere, no voy a olvidarte y en mis escasos momentos de soledad y melancolía, saberte al lado de ella continúa haciéndome llorar, y ahora esas lagrimas son más amargas y la sensación de pérdida es más fuerte y dolorosa con el paso del tiempo. Es menos frecuente pero es más pesada, porque ella no es capaz de amarte como yo, ella no conoce tus defectos y no ha debido vivir un sufrimiento por ti igual al mío, porque solo amor real y potente es capaz de superar un dolor de igual intensidad, de perdonar y entender que la otra parte, es humano y que como todos también puede equivocarse, asumir los errores propios y entender que amar, también significa dejar ir, aceptar que la felicidad del otro no está a tu lado y que no se es feliz atada a algo que ya no es nada, en esa etapa estoy yo, queriéndote aún pero consiente de que debo dejarte ir, que nuestro momento se acabó, no había un futuro juntos y que ahora tú eres feliz con alguien más.

La sensación de ser en ocasiones “la otra” queriéndote tanto aun es tremenda, es fuerte, es dolorosa pero también me hace feliz. Recordar nuestra noche juntos y saberte solo mío por un par de horas me revive, te extrañaba y mis ganas de ti crecen al saberte tan cerca, es por eso que me niego a acabar el juego, sé que no está bien, que puedo salir muy dañada y no solo yo, pero vale la pena correr el riego, tenerte así, a migajas, es mejor que nada. Y prefiero pelear por esos encuentros esporádicos el tiempo que sea necesario, hasta que finalmente termine de olvidarte, aunque el proceso sea más largo, prefiero los minutos en tu compañía, por volver a sentirme viva, pago el precio que sea. Y sí, es egoísta, pecaré de serlo con tal de tener tus besos, tus caricias y tu cuerpo. Solo no me niegues la oportunidad, solo no reprimas tu deseo, no ocultes aquello que verdaderamente quieres hacer. No frenes esto, por favor.

La vez anterior no me diste oportunidad de escoger, me sacaste de tu vida como si yo no fuera nada en ella, como dos desconocidos, sin una explicación, sin un gesto, sin ninguna consideración, sin el mínimo intento de hacer que el tiempo juntos importara de algún modo. Me debes el derecho de decidir, me debes dejar a mí la posibilidad de tomar el camino que yo prefiera, y te debes a ti mismo, la oportunidad de hacer lo que realmente quieres, no lo correcto, no lo prudente, ¿quién decide lo que está bien o mal? Me gustaría que tuvieras la valentía de decir, esto quiero ahora y esto puedo ofrecerte, sin importar lo que suceda más adelante, solo decir, es lo que hay, tómalo o déjalo, pero concederme de igual manera optar por esto o lo otro.

La vida en el fondo se trata de eso, de vivir, y ahora yo quiero pasar un par de momentos más contigo, sin promesas, sin ilusiones, solo disfrutar de aquello que a ambos nos pasa y que nos agrada, no espero de ti nada más que ceder ante aquella atracción física mutua, y de regalarnos esos buenos momentos antes de que se acaben definitivamente, porque no sabemos cuánto tiempo más los tendremos, porque tampoco podemos asegurarnos de cuánto tiempo más existirá, porque sencillamente no es posible adivinar el futuro y lo más seguro es disfrutar del presente.

Solo puedo asegurarte que te quise de la manera más honesta, más profunda y más real que he podido, que de cierta manera aun la sienta, aunque no quiere decir que sea igual. Serás el resto de mi vida alguien super importante, porque amar implica jamás olvidar, y porque fui muy feliz contigo a pesar de todo, disfruté de tu imperfecta forma de quererme y eso me hace conservar un recuerdo lindo de ti. Pero el amor no correspondido no es eterno y poco a poco el dolor y la añoranza van desapareciendo y se transforman en recuerdos indoloros que se almacenan sin que interfieran en el curso de la vida, porque ya no duele no tenerte, a ratos extraño la compañía y toda la atracción física, y eso es todo lo que me hace recibirte aun, hace rato asumí que nada de lo otro cambiará y me descubro feliz tan solo con ese poquito de ti.

Pd: Nunca olvides que siempre podrás contar conmigo, que todo lo que te pase aun me interesa y que si eres feliz, también yo lo soy
Pd2: “cuenta conmigo” y “antes de que te vayas” esas canciones, son para ti, adivina de quien son ja ja ja <3


Con cariño: tú negrita rica, flaquita y morenita :3
1.5K visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Joseriichart 467 puntos 5 May, 2018 Joseriichart 467 puntos
Un texto muy trabajado, felicidades!

Solo que tengas cuidado con alguna falta de ortografía. Un saludo
+1 voto
5 May, 2018
Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.