Tengo que aceptar que pasar el tiempo son Sebastián era cada vez más agradable, además que me avisaba cada vez que había algún movimiento feminista y juntos asistíamos, en algunas ocasiones íbamos incluso con Melody, quién se había vuelto ya mi amiga, por así decirlo.

A los pocos días de haber salido a comer con Sebastián, comencé a conocer sus amigos, eran muy buenas personas, me sorprendió lo poco que conocía a las persona con la que había estado estudiando durante 18 meses, pero bueno, mejor tarde que nunca.

- ¿quieres jugar un juego? - me dijo Sebastián mientras comíamos algo en su habitación. Ya era habitual que estuviéramos en la suya o en la mía comiendo o viendo películas, me sentía muy segura con él, y al parecer sus amigos me querían también.

- ¿qué clase de juegos?
- yo te hago una pregunta intima o algo profundo, tú respondes y luego tú me preguntas a mi, y así hasta que cada uno haya hecho diez preguntas al otro, y sólo se puede saltar una pregunta, que en sí sería reemplazada por otra .¿te parece?

Lo pensé dos veces, desde mi punto de vista él sabía todo lo que debía saber, me conocía bien, y aunque yo no lo conocía a la perfección, sabía lo que tenía que saber y lo conocía desde mi perspectiva, sin embargo accedí sabiendo que me estaba metiendo en la boca del lobo. Nuestras primeras tres preguntas fueron inofensivas: color favorito, mascota, hermanos, comida favorita; pero después comenzó lo pesado.

- ¿ por qué eres feminista? - me preguntó.

Me quede pensando un poco, sabía a la perfección esa respuesta, pero no sabía si de verdad debía decirle porque entonces preguntaría sobre mi familia, sobre Sofí, sobre la abuela, sobre lo que nos pasó y como pareciera que mi familia tuviese una maldición, pero no sabía si podía confiarle todo esta información. ¿ qué pasaría si se asusta? ¿ si era demasiado que procesar para él? ¿y si se alejaba de mi? ¿qué haría yo entonces?. Él seguramente me vio dudando y me recordó que podía omitir la pregunta, sin embargo mi boca comenzó a hablar antes de que me diera cuenta.

- Cuando pasó lo de Sofía, que de por sí ya Melody te contó esa historia, mis papás no sabían que hacer, con quién buscar ayuda o como hacer para hacer que mi hermana se sintiera a salvo de nuevo. Busque como loca porque sabía que no podía quedarme de brazos cruzados y tenía que darle el ejemplo a Sofí que hay cosas que no están bien y se tiene que hacer justicia. Entre toda la ley que busque, los abogados que solicite y muchas personas más, casi por casualidad encontré un grupo en Facebook donde las feministas ayudaban y explicaban cuales son los derechos de la mujer y como podemos ayudarnos entre nosotras mismas. Y ya básicamente es mi historia. - dije un poco avergonzada.

- Wow, fuiste bastante honesta. Pero no te preocupes, sé que es algo muy difícil para ti y muy reciente, si quieres no volveremos a hablar del tema.
-Esta bien, es solo que casi no hablo de eso. Es muy difícil para mi confiar en las personas, y sólo una amiga sabe de esto Christine, y digamos que nos alejamos bastante después de todo.
- Oye, no esta bien que te cierres a las personas, hay gente muy buena que te puede ayudar. No estas sola - y mientras dijo esto se fue acercando a mi tan lenta y cuidadosamente que parecía que el mundo nos acercaba sin que nosotros intercediéramos. - Tú nunca vas a estar sola desde que yo este aquí, ¿esta bien?

- Esta bien - dije mientras me terminaba de acercar a él para que por primera vez nuestros labios se fusionaran en un profundo beso.

En mi mente mi ya no estábamos en la habitación de Sebastián, ahora flotábamos en el infinito, estábamos juntos en el lugar más seguro del planeta donde nadie podía herirnos y donde lo único que importaba era que siguiéramos juntos.

Y hubiéramos seguido así por años de no ser por el compañero de habitación de Sebastián, Julio, que nos devolvió casi instantáneamente a la realidad. En ese momento todo era perfecto, mi vida era perfecta y la sonrisa de Sebastián mientras me sostenía en sus brazos y nos reíamos como niños pequeños era la imagen perfecta con la que quería seguir soñando para siempre.