Crónicas Terrícolas (VI)
18 Abr, 2024
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- Capítulo 2 -


Con un poco de inteligencia, solo un poco (incluso, a veces vale hasta con encefalograma plano), un mucho de cara (dura) y un nulo sentido del ridículo, se puede aspirar a todo en este bendito país.


Hoy en día es fácil ver en cualquier cadena televisiva, programas infumables que elevan a los altares de la fama a auténticos ídolos de barro que a la velocidad de un cohete supersónico son encaramados en el Olimpo de la gloria mediática, y que, tristemente para ellos, con la misma velocidad se caerán del falso pedestal derrumbándose como un castillo de naipes. Y no sin razón, ya que estos famosos de castañuela y pandereta, no tienen mérito alguno para gozar del fervor popular, porque la mayoría de ellos no han hecho absolutamente nada para merecer reconocimiento de ningún tipo, salvo caer en gracia, porque ni graciosos son la mayoría de ellos, así es que, tan solo les queda contar sus miserias.


Está claro, que en la sociedad del no esfuerzo, lo que se valora más, es la vulgaridad.


Continuará…


Fran Laviada


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"El terrícola insatisfecho"

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