Ella amaba leer... en realidad nunca se lo pregunté, pero era chistoso verla emocionarse más por entrar a una librería que ir a ver ropa de esas que normalmente las chicas se mueren por tener .Así que para su cumpleaños le compré un libro. En realidad era el más barato que encontré, pero sabía que lo amaría, trataba de dos ancianos que se amaban tanto que no podían vivir el uno sin el otro, y ella lo amó. Decía que quería un amor de esos, únicos. Quería que yo fuera ese hombre anciano que se sentara con ella todas las tardes a tomar una taza de café y contemplar el atardecer o la lluvia.
Pensándolo justo ahora, también hubiera querido ser ese hombre. Hubiera deseado no haber sido tan estúpido como para dejarla y alejarme, aún sabiendo que ella me amó con su alma. Estaba loca, era todo lo que quise y al parecer eso no me bastó. Tan inmaduro e idiota. Ella ya no está, desapareció. Quizás nunca más vuelva a verla, pero la llevaré en mi corazón que siempre fué de ella.