La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) alertó a más de una persona, que pensó que estos mecanismos de aprendizaje automático les quitarían el trabajo. La facilidad con la que resuelven un algoritmo, la forma en la que responden en un chat o lo fácil que generan una imagen son cuestiones que, ciertamente, son para alarmarse.

Sin embargo, en palabras del mismísimo Sam Altman, uno de los creadores de ChatGPT y Midjourney (generador de imágenes), la IA no llegó para sustituirnos, sino para transformarse en una herramienta que nos ayude a facilitar las tareas diarias, señala el portal web fayerwayer.com.

Muchos no le creyeron, pero un nuevo informe de El País encuentra un hallazgo inédito: las IA generaron un nuevo trabajo .

Se trata de un experto en hablar con las máquinas. Se necesita una persona que encuentre las maneras de establecer un lenguaje correcto con las IA para que esta entregue a medida lo que se le está pidiendo.

Pau Martí Felip cambió de oficio en su empresa: ahora es ‘ingeniero de peticiones’, labor impulsada por las primeras aplicaciones, pero con futuro incierto.

Pau Martí Felip, de 23 años y graduado en Comunicación Audiovisual, entró a trabajar hace dos años como editor de vídeos en una empresa digital. Con el tiempo, vio que su labor cambiaba: “Así surgió ser prompt engineer [ingeniero de peticiones], que es una mezcla creativa y tecnológica de dar instrucciones a las IA para que te den respuesta”, dice. Las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial para crear imágenes, texto y pronto vídeo o música necesitan recibir peticiones en texto de lo que queremos. Esa petición puede ir de una frase sencilla (“prepara unos estiramientos de 10 minutos para mayores de 70 años”) a una intrincada instrucción de ocho líneas que incluye detalles sobre los colores, fondos o técnicas de una imagen, por ejemplo, señala El País.

“La gente necesitará entender a la máquina”, dice Martí Felip. “Es como hablar con un animal con quien la mayoría de gente no sabe comunicarse, estamos aprendiendo ese lenguaje”, añade. Una búsqueda en LinkedIn de “prompt engineer” y “España” da solo seis perfiles en total y una oferta de trabajo. La oferta es precisamente de la empresa de Martí Felip, Raona, que se dedica a la transformación digital en empresas y tiene más de “240 colaboradores”. Esa oferta única de empleo para “ingenieros de peticiones” en España es prueba de su carácter exploratorio. En febrero viralizó una oferta de prompt engineer de una start up grande en EE UU con un sueldo envidiable.

“Es una mezcla creativa y tecnológica de dar instrucciones a la IA para que te dé respuesta”, dijo Pau Martí Felip, comunicador audiovisual, que se ha convertido con el paso del tiempo en un prompt engineer (ingeniero de peticiones), en una conversación con El País.

Quien ejecute este nuevo puesto “no trabaja en un proceso estático, sino más bien un proceso iterativo que se ajusta y mejora continuamente a medida que se recopilan y evalúan más datos y se identifican patrones y problemas en el desempeño del modelo”.