Mi hermana tiene una tienda y yo la ayudo con las ventas.  La semana pasada, una adolescente vino a la tienda y pidió un lugar para hacer sus necesidades.  Estaba vestida con un uniforme escolar.  La dirigimos a nuestro baño.  Hizo su trabajo y se fue.  Un rato después, la encontramos sentada en la parte de atrás de la tienda con un comportamiento miserable.

 Al interrogarla, dijo que era alumna de una escuela cercana y que una mujer con la que se alojaba la había echado de su casa.

 Ella no tenía adónde ir.  Le pedimos que llamara a su madre oa cualquier pariente para poder hablar con ellos y, sorprendentemente, no tenía a nadie a quien llamar excepto a una maestra en su escuela.

 Invitamos a la maestra y ella confirmó que sus padres la habían abandonado durante unos 3 años y no podían preocuparse por su paradero.  La maestra dijo que quería traerla para que se quedara con ella, pero su esposo se negó, por lo que la instaló con la señora actual que la acababa de despedir.  Le suplicó a mi hermana que ayudara a la niña.

 Mi hermana y su esposo son personas muy bondadosas, por lo que decidieron quedarse con la niña.  Se ha fijado un día para ir a ver a la familia de la niña pero para que no falte a clase, actualmente vive con nosotros.

 El problema ahora es que, en estos pocos días, esta chica no ha estado actuando como alguien que ha recibido ayuda.  Aunque hemos visto rasgos de trabajo duro en ella, dice enfáticamente lo que quiere comer, a qué hora quiere salir de la tienda (aunque no hayamos cerrado), exige todo lo que quiere sin miedo.  Entra en lugares a los que nadie ha invitado.  Da su opinión cuando no se le ha preguntado.  No trae cambio del dinero de bolsillo que le dieron.

 Ha estado aquí durante literalmente 4 días y está pidiendo dinero para excursiones y demás.  No se trata del dinero, pero sus agallas están dando un reflejo de quién puede ser.