Sí, lo hice. Volví a llorarte, volví a hundirme en preguntas sin respuestas, esas que nunca sabré, esas que me atormentan la vida, el alma, todo .Sé que no debería, que debí haber llenado mi mente de recuerdos duros, en los que fuí infeliz, en los que me mentías; en aquellos recuerdos que definitivamente demostraban porqué no valías mi dolor. Pero que más da recordar o no, el dolor sigue allí, mis ganas de buscarte y gritarte también siguen allí. Todo sigue, menos tú. Tú no estás, tu sigues como si nada y yo, que pensé que lo había superado, volví a llorarte, a golpear cosas y a desesperarme cuando todo lo que encontré fue un silencio abrumador.

Entonces cuando supe que no tenía caso sufrir de esta manera, dejé de hacerlo, contuve el llanto y aunque por dentro sigues destrozándome con cada maldito recuerdo, tengo claro que no volverás y que, yo no quiero que lo hagas. Me lastimaste, cuando más te amé tu solo desapareciste, me dejaste cuando más necesitaba aferrarme. Un día dije que eras mi pilar, había olvidado decirte que también eras mi bola de demolición. Dueles, pero ya no quiero que regreses.