GRACIAS

Toca decir adiós a las falsas ganas de reconciliación. Es el momento de dejarte marchar, incluso en mis recuerdos del día a día .

Espero que mis noches dejen de torturarme al revivir, constantemente, nuestra antigua normalidad. Ojalá poder mirarte a los ojos, sin rencor, brindándote mi perdón, tras un último encuentro como enemigos íntimos.

Con ello, podré al fin avanzar, por separado, como tu quisiste en el momento que tus sentimientos te hicieron dudar de la magnitud de lo que suponía en tu vida. Sé feliz, mi niña, sé feliz. Siempre miraré a un pequeño lado, sintiéndome orgulloso de cada paso que des. Siempre serás ese frasquito de perfume embaucador en el baúl de mis recuerdos.

Te aseguro que cada día que pasa esto es mucho más sencillo sin ti. Cada día que pasa me desapego más de aquellos momentos que me regalaste. Los mismos que te hicieron única, los mismos que hicieron que hechizases a mi mirada para verte como mi bella durmiente. Los mismos, que hicieron, que pase lo que pase, siempre serás el mejor tango que bailé en la fiesta que dio pasó a mi vida adulta.

Gracias por tus buenos momentos a tu lado. Gracias por cada segundo regalado cuando era el monarca sentado al frente de tu sonrisa. Gracias por hacerme sentir que vivíamos en Venecia en carnaval, al disfrazar mis cinco sentidos en la felicidad más inmensa, durante casi siete años. Gracias por hacerme sentir que podía ser un titán indestructible junto a alguien. Gracias por serlo todo y haberme dejado ser más que todo en cada tarde de palomitas, series y cervezas.

¿Se acabó homenajear nuestro amor en cada reglón, en cada vagón, en cada esquina de cada calle en la que tuve la suerte al ir de tu mano? Creo que es hora de apagar esta sensación única, esa fuerza engañosa, que nos dibujaba en el cuadro de la eternidad.

Te recordaré como lo mejor que llegó a mi vida cuando más lo necesitaba. Te recordaré como la persona que más me quiso en su momento. En mí, quedarán esos ojos de complicidad, transparente, con cara de tonta al mirarme, al morir de amor por tenerme.

Espero, que cuando la vida te regale una pequeña ráfaga de aire, sobrevolando mi olor en el ambiente, te vengan a la mente que un día, te quise con todas mis ganas, que siempre luché por ti, por nosotros. Espero que cuando pienses en tus últimos años adolescentes, recuerdes que viviste el mejor primer amor posible.

Si, a pesar de todo, me recuerdas como la mejor mitad que te ofreció la vida, todo esto habrá merecido la pena. Y no dudes que a quien te quiera y te merezca, le ofreceré, siempre, en perfecto estado, el manual de instrucciones de cómo hacerte feliz.

Y de verdad, perdóname. Sé que cometí errores. Perdona mi intensidad al quererte recuperar. Perdona por equivocarme de estrategia al querer reconquistarte, homenajeándote en 129 páginas. Perdona por escribirte ‘’miedo’’ en esa oscura noche. Perdona por ‘’Veinticuatro Siete’’ con el que concluye nuestra historia, al volver- sólo- de Granada. Perdona por ser ese loco cabezón que creía en el ‘’Juntos Hasta el Final’’.

Perdóname, no supe, ni pude, hacerlo mejor, ni gestionarlo con mucho menos dolor. Me enseñaste muchas cosas, pero nunca me preparaste para verte marchar y vivir sin ti hasta el resto de mis días. Perdóname porque yo, en parte, ya te he perdonado.

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