Antes que nada quiero saludarte, ¿cómo has estado?, te ves genial, debo decirlo, hay tantas cosas que debí decirte, pero no pude, no puedo, y tal vez nunca tenga el valor de decírtelo en la cara. No puedo decir, querido platónico, que me enamoré de ti, porque no fue así, y ahora es que lo comprendo .Nadie se enamora de lo que no conoce, la gente se siente terriblemente atraída por el físico, y comenten el error de llamar a esa atracción "amor". ¿Qué pasaría si un ladrón es lindo? ¿Eso lo hace buena persona? No podemos amar a un libro por su portada de princesas, cuando por dentro la temática es de guerras y muerte de todo un reino inocente. Lo que te quiero decir, es que me gustaste, sentí atracción por ti, mas no amor. Debo decir que quise conocerte, quise saber más sobre ti, quise que ese gusto fuera más allá de tus ojos lindos. Una persona investiga lo que le interesa. Claro, investigué sobre ti, me interesabas.

Descubrí muchas cosas, eras un chico bueno, tímido y reservado, tus calificaciones no eran malas, suficientemente buenas para ocupar el cuarto puesto de tu grado. Todo un chico bien. Eso me gustaba, me atraía muchísimo más. Este gusto comenzaba a ir más allá de tu bonita sonrisa.
Quise hablarte, confiaba en mí, sabía que era muy buena iniciando conversaciones, pero nunca lo logré, el hecho de que se trataba de ti me aterraba. Nunca lo hice.
A veces pienso en que tan diferentes pudieron ser las cosas si te hubiera hablado, pero no me arrepiento de no haberlo hecho.
Años después, actualmente, ¿qué pasó?
Yo me pregunto eso, ¿qué paso? ¿qué paso con aquel niño que sacaba buenas calificaciones? Me contaron que repitió el grado, ¿aquel niño tranquilo y tímido? Ahora era el que lanzaba las risotadas en el grupo último del salón de clases. Cambiaste, en todo sentido de la palabra, y algo más cambiaste, tu apariencia.
Te hiciste más guapo, tu sonrisa brillaba más, tu cabello se veía muchísimo más despeinado de una manera rebelde, habías crecido y tu estatura me provocaba darte un abrazo, tus ojos siempre achinados de tanto reír, simplemente eras un chico muy lindo.
Me encantaba cuando solo yo veía lo lindo que eras, cuando solo yo sabía la bonita sonrisa que escondías, o cuando solo yo sabía lo nervioso que te ponías cuando no podías resolver un problema matemático. Las chicas de diferentes grados empezaron a poner sus ojos en ti, y a ti te encantaba esa atención, eras feliz.
Una admiradora más, una admiradora menos, ¿qué más daba? Decidí no ser una más, ya mi admiración no necesitabas, de un momento a otro, poco a poco pero en un tiempo casi invisible, el gusto desapareció.
Me decía y me preguntaba, "Es demasiado lindo, ¿cómo no me gusta?" Pero entendí algo. Tú, me seguías pareciendo lindo, pero ya no me parecías interesante, ya no me importaba.
Descubrí que el físico no es amor, y que el "amor a primera vista" no existe.
Tiempo después conocí a alguien, quien físicamente sí era lindo, pero no se comparaba a ti. El destino me hizo conocerlo más, y ¡wow! Me parecía tan interesante cada palabra que decía, cada gesto que hacía, cada día se me hacía más atractivo, tanto en lo personal como en lo físico, era perfecto ante mis ojos.
Un día, pensé en ti y en él. Tenía razón. No tenían punto de comparación.
Tú eres lindo. Demasiado a decir verdad.
Él es interesante, detallista, atento, tiene un corazón hermoso y transparente, todo eso lo hace lindo físicamente también.
Solo me queda querido crush, decirte gracias, aconsejarte que el cambiar para bien es algo que todos debemos saber hacer, y tal vez vuelvas a ser el chico de antes, aquel inocente niño, y encuentres a alguien que te quiera con el corazón con el que yo te pude querer.