UN SELAH CONFESO, Salmos 32:5
30 Nov, 2021
Tiempo de lectura aprox. :
5 min.
0 votos
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado .
Selah

Salmos 32:5 (NVI)

REFLEXIÓN:

Selah... Meditabundo en el total del Salmo, en este verso en concreto muestra una acción tan explícita como innecesaria una explicación que la desarrolle.

Solamente nos queda meditar en su Selah, descubriendo que, no el hecho de la confesión en si, sino que el simple pensamiento de confesar sus transgresiones es el que marca el punto de inflexión entre la condena y el perdón.

Una acción, según describe, instantánea.

APLICACIÓN:

Es la acción redentora de Dios ante el genuino arrepentimiento.

Cuando la Palabra penetra en nuestra conciencia y el evangelio nos llega a su conocimiento, el Espíritu Santo nos da la oportunidad de arrepentirnos, abriendo la cuestión del peso del pecado en nuestro ser.
Es en ese preciso momento en que tomamos una decisión al respecto, puede ser afirmativa o negativa, cada cual tiene su consecuencia.

A aceptación al arrepentimiento nos llevará a un perdón total e inmediato de Dios, y a un traslado de nuestra alma de muerte a vida, haciendo de nosotros una nueva criatura, morada, también del Espíritu Santo.
Mientras que el rechazo a la acción de arrepentirnos nos llevará a la ceguera y a la dureza de corazón, consecuencias de haber desechado la Palabra de reconciliación, que es el Señor Jesucristo, y por rechazar la única forma de ser hallado justo delante de Dios.

ACCIÓN:

Meditando en esta ocasión, añado el siguiente pasaje:

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efesios 2:4-7


Doy gracias a Dios:
1) Por haberme confrontado con Su Palabra.
2) Por haber despertado a mi conciencia, dándome la oportunidad de arrepentirme de mi pecaminosa forma de vivir.
3) Por haberme dado vida en Cristo.
4) Por adoptarme, haciéndome sentar con el Señor en los lugares celestiales.
5) Por confiarme la labor de expresar esta nueva vida en Cristo a los demás y puedan llegar a Sus pies y ser salvos en Él.

Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado, por todo esto te doy gracias y a su vez, te pido perdón por los errores, desplantes, despistes y desobediencias que cometo día a día, aún sin darme cuenta y en esta preciosa vida nueva que has puesto en mí.
Amado Padre Celestial, sea en Tu disciplina de Padre, las correcciones de mis transgresiones voluntarias, y me sea dada por Tu parte la sabiduría que necesito para dejar de errar, por  ignorancia, en contra de Tu voluntad.

Sea Tu palabra llevada a quien la reciba y, conjuntamente con la convicción de su pecado, entienda la imperiosa necesidad de arrepentirse, aceptar Tu perdón, para pasar de muerte a vida y servir a Cristo como su Señor y Salvador.

A Tu nombre sea toda la gloria y la honra, en el precioso nombre de Tu Hijo, mi Señor Jesucristo.     Amén.


303 visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.