UN SELAH SOLICITANTE, Salmos 20:1-3

Jehová te oiga en el día de conflicto;

El nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario,

Y desde Sion te sostenga.

Haga memoria de todas tus ofrendas,

Y acepte tu holocausto.

Selah

Salmos 20:1-3

REFLEXIÓN:

Selah.. .
Y David marca una escena en una oración. En la que aparece el receptor de las peticiones, quienes la profieren, el que medita, los que son derrotados y el que otorga la victoria.

Según la variedad de personas en que está escrito el Salmo, bien podríamos añadir, a este Selah, el siguiente verso:

Te dé conforme al deseo de tu corazón,Y cumpla todo tu consejo.

Salmos 20:4

Pues bien sería esta frase la que satisficiera la anterior petición: defensa, ayuda y sustento.

APLICACIÓN:

Dios es soberano, y por tanto, no escucha una petición, y mucho menos la concede, si es que no se da en unas condiciones propias de Su atributo.

La defensa, la ayuda y el sustento en Cristo solo deben ser esperables desde el marco de una vida que lleva Su nombre, se santifica en Él y se dispone en ser forjado en Su carácter.

Una disposición de ir muriendo a la carne presentando en humildad, una vida dada a la obediencia y la adoración, son las que determinarán la fuerte defensa, la ayuda necesaria y el sustento vitalicio en Cristo.

ACCIÓN:

¿Cuántas veces yo te pido sin ofrecerte primero mi corazón dispuesto y humillado en arrepentimiento?

Y me surgen estas palabras de Juan inspirado por Dios:

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

1 Juan 5:13-15

Señor, en Tu palabra me aseguras la confianza en Ti. Sabiendo que he creído a Tu nombre y en Ti creo, sea mi vida la evidencia de esta fe.

Ilumina mi entendimiento para que los deseos de mi corazón se ajusten a Tu santa voluntad. Y así me sean concedidos, para Tu gloria y honra. Amén.

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