Dime, ¿Qué hago?
Recuerdo el olor de tu cuello, recuerdo el sabor de tus labios, recuerdo el tacto de tus manos.
¿Y ahora?
Ya no puedo volver a olerte, no puedo volver a besarte, agarrar tu mano y escuchar el: tranquilízate, todo va a estar bien. Porque ahora, nada está bien, sin ti, solo soy una caja vacía, tu sonrisa era el combustible de mi vida ¿Y sin él?
Sin la curva de tus labios no puedo seguir adelante.

Recuerdo cómo mordías mi labio, como sonreías entre beso y beso y como con tu desnudez, te mostrabas inocente.
Pero dime, ¿Qué hago?
Ya no puedo volver a sentir los mordiscos, no puedo apreciar esa sonrisa ni tampoco las bellas curvas de tu cuerpo .
No me vale otra, no eras una cualquiera, una más de entre tantas chicas, eras tú, mi razón de ser, mi razón de vivir. Sin una razón para vivir, solo me queda la mar.