Empezamos el año como otro cualquiera, con ilusión, ganas y metas. Hasta que llegó un virus, algo tan pequeño que nos ha cambiado la vida a todos .
Dejamos de abrazar, de besar, de ver sonrisas y todo por un virus, un virus que ha hecho que cambiemos la manera de pensar y de vivir.
Será un año que recordaremos siempre como si fuera ayer y que contaremos a generaciones futuras emocionándonos al pensar en todo lo que hemos presenciado.
A pesar de todo esto, de este año me quedo con las personas que han estado ahí a mi lado siempre, tanto amigos como familia, pero sobre todo me quedo conmigo. Este año me ha hecho abrir los ojos y hacer que mire por mí primero, que apueste por mí.
Ha sido un año muy complicado, con momentos malos, pero tenemos que quedarnos con lo bueno. Hemos podido pasar más tiempo con las personas que convivimos y con nosotros mismos, hemos aprendido que todo puede cambiar de un día a otro y que hay que valorar más los pequeños gestos como un beso o un abrazo que ahora tanto echamos de menos. Estoy segura de que volveremos a salir sin mascarillas, que volveremos a ver sonrisas y a dar abrazos; algún día volveremos a una vida parecida a la de antes, pero seremos más humanos y viviremos con más intensidad.
Toca despedir al 2020, pero llega 2021 al que le pido salud y que sigan en la mesa las mismas personas que este año. Llega un año al que recibimos sin ilusión, pero con ganas de que todo vaya a mejor.
Y te digo adiós 2020, bienvenido 2021, año en el que lo importante no es como empieza sino como acaba.
