Me apagué y me encendí de a poco.
29 May, 2019
Tiempo de lectura aprox. :
4 min.
0 votos

Me apagué de a poco. 


 


Tus caricias ya no eran las de antes. No eran suaves ni tiernas, ahora eran ásperas y dolían .

Dolían mucho. Me dejaban marcas en el cuerpo que, a medida que pasaban los días, cambiaban de color. El negro se iba apagando de a poco hasta terminar en un tono claro. 


Tus besos ya no eran con amor, no sé si alguna vez lo fueron, pero ahora son fuertes, bruscos y secos. Me obligas a dartelos o me los sacás a la fuerza porque yo no quiero, ahora no quiero. Me das asco pero sobre todo, miedo.


El sexo ya no era con amor, de mi parte yo me entregaba completa porque te quería, te deseaba, te amaba y ahora no quiero, no te deseo ni te amo. Me obligas a hacerlo porque si no me golpeas hasta no parar. Me violas, me dañas, me rompes hasta acabar. Y resisto, resisto porque no tengo a nadie que me de ayude a salir del pozo en el que estoy.


 


Tus palabras ya no son lindas y tiernas, ahora son insultos. Cada palabra que me decís duele, es un puñal en la espalda.


 


No puedo creer que hayas cambiado tanto. Tus celos te cegaron por completo y ahora sos un violento. Descargas tu furia en mi cuerpo y a mí me destrozas. Cada vez me encuentro peor y no creo aguantar mucho más.


 


Me encendí de a poco.


 


Terminé de leer el texto que escribí hace 1 año, cuando me encontraba en un pozo oscuro, hondo y sin salida. Me sentía una persona inútil, porque él me hizo creer que yo era así. Me denigraba, me lastimaba verbal y físicamente.


Hoy me encuentro libre, me saque la mochila de encima. Tú mochila.


Cuando cuento mi historia me preguntan por qué no intenté salir de esa situación. Pero lo intenté y terminé en un hospital. Me encontraba en un país que no era el mío, él escondió todos mis papeles; dni, pasaporte. No tenía familia, amigos. Estaba sola en un país que no conocía. 


Ahora puedo decir que soy libre, que estoy en paz con una persona que me acompaña en todo y me ama.


Él llego en un momento de mi vida en el que estaba rota, desecha. Me enseñó a ver el camino de otra manera. Pero todo esto fue gracias a mi cuñada, su hermana, que la conocí en un hospital. Yo había llegado con la cara desfigurada y con partes del cuerpo rotas, quebradas. Compartí habitación con ella, que se encontraban allí porque tuvo un accidente con el auto y estaba muy lastimada. Nos hicimos amigas con tantos días que pasamos en la habitación, le conté mi situación y quiso ayudarme. Gracias a ella conocí a su hermano, que la iba a ver casi todos los días y también nos hicimos amigos. 


 


Ambos me ayudaron, me dieron hogar y sobre todo, comprensión. Estaba totalmente destruida, sin esperanzas y llegaron a revivirme.


 


Yo hoy estoy viva y puedo contar mi historia pero muchas mujeres no lo están. Sé que es difícil salir de esa situación, porque lo padecí con mi propio cuerpo. Pero quiero que todas esas mujeres que están pasando algo similar lo cuenten, busquen ayuda. Las heridas sanan pero la marcas internas quedan para siempre y eso es lo que tarda más en curar.

230 visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.