Primero que todo, quiero disculparme por la calidad de la foto, se que está un poco oscura y es difícil de admirar bien, pero creo que es la foto que mejor retrata el amor que comunica una mascota a través de sus ojos. Es una foto real de una mascota rescatada y adoptada.

Muchas veces he escuchado que las personas prefieren un perro de raza porque es más "lindo", o porque es más fácil rastrear la procedencia del perro y que comprando puedes ejercer más control en "lo que vas a comprar" .Primero que todo, los animales no son simples cosas inertes que puedes comprar modificar y hacer como si nada, ellos son seres vivos y cuando están pequeños son como unos bebés. Imagina que quieres tener un hijo y biologicamente ni tú ni tu pareja pueden tener hijos ni juntos ni por medio de vientre de alquiler o ningún método, entonces deciden adoptar, pero en vez de adoptar algún niño huérfano de TODO EL MUNDO, le pagan a algún famoso para que tenga un hijo y lo reciben solo porque es de mejor "espécimen", ilógico cierto?

Si ya han leído algunos de mis escritos se darán cuenta que me gusta ayudar a mejorar el mundo, hacer feliz a los demás me llena el alma; es por eso que me derrito de amor cada vez que veo un animal, y cuando están en la calle soy de las que siempre intenta darles un poquito de amor que se que hace mucho no sienten. Por parte de mis padres me enseñaron a querer mucho a los animales, y aunque crecí rodeada de ellos ninguno nunca fue mío pero eso no evito que los amara como si lo fueran. Sin embargo, es hoy que por fin puedo decir tengo a mi perro, a mi mascota, a mi compañero que (espero yo) estará junto a mi durante mucho tiempo, mi amigo peludo que es rescatado de las calles y es criollo o mestizo a mucha honra.

Al ver esa mirada en sus ojos supe que debía llevármelo a mi casa, gracias al cielo fue idea de mi papá por lo que tenía el apoyo de él. Gordon (así se llama mi mascota) es un cachorrito de meses que estaba abandonado cerca a un restaurante donde un conocido de mi papá lo encontró y decidió adoptarlo si yo me encontraba de acuerdo para hacernos cargo los dos. No les miento si les digo que me siento como mamá primeriza intentando educar bien al cachorrito, pero el cariño que él nos está dando a mi papá y a mi, me atrevo a decir que es más gratitud que amor, cosa que muchos perros de raza no comprenderían.

Estoy muy feliz con lo que hice, porque se que tengo a mi lado un peludito que tuvo una segunda oportunidad, que está más feliz que nunca por tener un techo para refugiarse, una comida y una familia que lo ama. No se ustedes, pero para mi no hay mejor forma de ayudar a alguien que brindarle amor.

Y por si alguno se pregunta, sí le puse a mi perrito como el comisionado de Gótica: Jim Gordon.