Una amante perdedora.
14 Jun, 2018
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Así fue cuando la señorita de cuerpo esbelto y sonrisa perfecta tomó la decisión de andar con un hombre comprometido. Ella quería algo pasajero; no buscaba amor sincero, simplemente quería unas horas de sexo .
Sólo se conformaba con eso, esta amante era muy distinta a las otras que había tenido el hombre más buscado.
Pero en ese momento sólo era suyo, creía tenerlo en la palma de su mano por verlo hacer todo lo que ella decía. Mientras su mujer estaba en su trabajo o al pendiente de sus hijos; este hombre aprovechaba ese momento para salir a ver a su amante, decía que le encantaba lo prohibido. Muchas mañanas, tardes de sexo. Algunas veces este llegaba a la casa de ella, la cual con besos lo recibía y terminaba ocasionando placer y encendía esa pasión, la cual al terminar caían en el sofá hablando de cosas cotidianas. Él con un polvo rápido, para irse a casa con su mujer. Ella con ganas de más pero sabía en lo que se había metido y ni modo.
Pasaron meses y todo fue cambiando. Empezaron a meterle corazón. Ya se veían para abrazarse, para contarse secretos; problemas, enfermedades. Cualquier cosa que hace una pareja de novios. Ya no tenían sexo, ya hacían el amor. Ellos empezaron a quererse de una manera única. Él cada vez dejando su nido de amor para ir en busca de la señorita que robaba su corazón y en ese momento le brindaba las mejores sonrisas.

Un día, dos y muchos más. Él cada vez más pendiente. Ella contenta cuando lo veía, ya no quería sólo sexo. Ya quería algo más que eso. Algo lindo, algo que es un poco difícil de conseguir en estos momentos; pero parecía que todo estaba marchando de maravilla. Creía que él se había llegado a enamorar de una manera Muy especial. Claro que no se equivocaba, él cada vez más celoso, más al pendiente de ella. Mientras su mujer estaba en casa o en el trabajo pensando en él, sin mencionar aquellas veces en las cuales él desviaba la llamada por estar con su niña, como empezó a llamar a su amante. Pero cómo no enamorarse se decía una y mil veces aquella joven. Todo estaba cambiando y este hombre tenía discusiones muy seguidas con su mujer. Al punto de ella tener que dejarlo varias veces y a él no le importaba. Porque sabía que ella regresaba nuevamente.

Y que más podía pedir si estaba con su niña, ella tenía todo lo que él podía necesitar, era de cara angelical, cuerpo de princesa, amante de la poesía, linda voz y grandes metas y su mujer, sólo era su mujer.
Desaparece por unos días y la joven amante se desespera, con coraje se pregunta a si misma que estaba pasando con ella. No lo había planeado. Este hombre llego afectar su vida, pero aparece él nuevamente con un gran abrazo y un beso lento. Pero entre sus labios llevaba unas palabras tan hermosas que estaban por ocasionar a la joven miles de sentimientos más.
Un Te Amo salió de la boca de aquel hombre, woww.
Ella no lo podía creer, se reía y no sabía como contestar. Él al ver su reacción la abraza y vuelve a repetir esas palabras.

Todo parecía muy perfecto, hasta que un día ya el hogar con su mujer se va a la borda. Su amante feliz, a él pareció no importarle. Al cabo de unos días ella lo llama para saber porque no había regresado a verla, ni a llamarla y él con algo de ira en sus palabras le contesta que tenía problemas. Todo dentro de ella quiso estallar, pero nada podía hacer. ¿Sólo la usó? Eso aún se lo pregunta. Porque él lucha por recuperar su familia, mientras su amante lo espera cada hora y ni rastro de él en ningún lugar.
Así fue como ella entendió que en vez de pasar como en todas las relaciones clandestinas que la amante es la victoriosa. Acá falló, ella perdió su vida, su tiempo y debido a ello entró en una gran depresión que a él ni siquiera le importó. Porque estaba tan ocupado tratando de recuperar a su familia.

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