Sólo, como un planeta en este universo, un planeta que esta intacto, sumergido en un vacío inmenso, del cual no hay escapatoria alguna, o sí.
Los seres humanos tendemos a aislarnos cuando nos sucede algo grave, algo que estorbe la paz, la felicidad y la tranquilidad a la estábamos acostumbrados, en mi caso fue la partida de mi primer amor .En ese preciso momento la persona entra un abismo que lo lleva al fondo de un pozo de llanto y dolor. El tiempo pasado en ese pozo se hará entreno, ya sean días, semanas, meses e incluso años. Se sentirá solo y sin sentir la ayuda de nadie, los sentimientos de apoyo de nadie y ni el aprecio y cariño de nadie. Un tiempo en el que él y solo él, podrá salir del pozo, o eso creí yo. Lo intenté a mas no poder pero los resueltados siempre eran nulos. Pero, un día, contra todo pronóstico, apareció una persona, una sola persona, que pudo en un par de horas devolverme la serenidad de la vida y cambiar por completo mi continuo espacio tiempo, haciendome ver el pozo desde fuera y jurando solemnemente que nunca más volvería a entrar en el, por muy mal que se pusiera la situación, siempre tendría la fe de que llegaría alguien que iba a mejorar las cosas, alguien que con sólo sonreír me haría sentir cada pedazo de felicidad al que estaba sometido y disfrutarlo hasta el final, alguien que con su mera presencia sientas que estas en presencia de una estrella en todo su esplendor y que sin saberlo esta iluminando ti vida. Y así enamorandome por segunda vez, pude ver que la vida no era tan oscura cómo creía, gracias a personas que son estrellas en mi vida y a otras que serán.