Las personas somos como un vaso de agua.
Pero un vaso que se va llenando gota a gota, aguantando hasta rebosar.
Pero llegó el día de romper ese vaso y que el agua corra hasta el mar y sea libre.
Por otras personas no debemos de aguantar cosas que no queremos.
Es mejor hablar que callar porque mientras más callas, más se destruye el corazón.
Y llegó la hora de no romper tu corazón por personas que no te valoran, no te respetan y ni lealtad te tienen.
Amigos o familia, no debes de aguantar cosas que te dañan el alma.
Porque tu corazón se irá rompiendo hasta la oscuridad, y una vida en la oscuridad es la peor versión de vida que puedes tener.