Escribo esto mirando al techo de mi habitación blanca.¿Y por qué blanca? Porque, querida musa, en mi cuello tocas tu anillo sin parar, porque al cerrar los ojos te imagino a mi lado contándome una de esas anécdotas tuyas que te sacan una sonrisa.Musa mía, no puedo dormir sabiendo que estás ahí entre cuatro paredes, y no poder estar a tu lado. Mi pequeña musa, te prometí que no me iría de tu lado, pero ahora estoy lejos de ti y no puedo dejar de pensar en ti.Para mí lo eres todo, y aunque en este momento no pueda ni con mi alma, mis brazos extrañan tu calor.