Soñando
5 Mar, 2024
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Soñé de nuevo con la extraña sensación de llegar por primera vez a una ciudad, que no es real, porque tan solo está en mi interior, y de la que, sin embargo, jamás he salido, y por mucho que lo he intentado hasta el momento, no he conseguido abandonar, a pesar del enorme esfuerzo que hago cada día para buscar un nuevo lugar, donde el manto de la tranquilidad me cubra por completo.


El final del sueño siempre es el mismo, despertar en la misma cama de todos los días, con el mismo pensamiento, encontrar la ciudad perdida cuyo camino soy incapaz de seguir.


Soñé que una Diosa se enamoraba de un Dios. La Diosa era Afrodita, reina del amor, la belleza y el deseo .

El Dios, era Neptuno, señor del mar y dueño de las profundidades. Y vi a ambos, reinar en un mundo azul, rodeados de una luz difusa, que los hacía parecer seres humanos delante de mí, sujetos a la esclavitud de la pasión, como simples mortales, encadenados a las ataduras de un amor imposible. Al final, no recuerdo muy bien cómo terminó mi sueño. Tan solo sentí los rayos de la claridad entrar por la ventana, mientras mis ojos se abrían, para dar la bienvenida al Dios Sol, un Dios real, vivo, intenso, estimulante…


Soñé que entraba en una biblioteca, pero no pude leer ningún libro. Todos estaban escritos en lenguas desconocidas, aunque en lo que a mí respecta, ya es suficiente con que no estén escritos en español, para que no entienda absolutamente nada, excepto algunas palabras sueltas en francés, y otras en inglés, menos todavía.


Había libros escritos en todos los idiomas, excepto en el mío, así que tuve que conformarme con ojear los ejemplares que tenían imágenes, por lo menos, eso me sirvió de entretenimiento, durante el tiempo que estuve en aquella extraña biblioteca.


Cuando me desperté y pensé en lo que había soñado, me di cuenta de que eso también me sucedía con las personas que me rodean habitualmente, pues con frecuencia, no las entiendo, ya que hablamos idiomas diferentes aunque tengamos la misma lengua. ¡Qué curioso! 


Soñé con algo muy raro, y a decir verdad, no sabría explicarlo con algo de lógica, para que los demás lo entendieran. Tan solo, me quedó la sensación de que en el interior de mi cerebro, la maquinaria mental estaba en pleno funcionamiento, trabajando a tope, para buscar soluciones a mis problemas. Al final, estas no aparecieron, así que me toca seguir esperando a nuevos sueños, a ver si veo las cosas con más claridad, aunque lo dudo, pues en mi cabeza, últimamente, existe exceso de tráfico, y hace falta un poco de orden. De momento, lo intentaré, colocando algunos semáforos. 


Soñé con una frase que se repetía de manera incesante en mi cabeza, que decía. ¡Toda acción tiene un motivo, y todo problema tiene una solución! Cuando desperté, pensé detenidamente en ello, y aún sigo haciéndolo, a ver si, escarbando un poco, consigo sacar algo en limpio.


Soñé con una tontería, se ve que mi cerebro, no andaba muy inspirado. Y la tontería en cuestión, era preguntarme, cómo era posible, el comportamiento impresentable que tienen algunos políticos, además de averiguar, si algunos, además de corruptos, son también gilipollas a tiempo completo, o tan solo cuando aparecen en público. Menos mal, que el sueño fue muy corto, ya que si hubiera durado más, probablemente, se habría convertido en pesadilla.


Fran Laviada

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