✨️Juego de 3✨️
22 Ene, 2024
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Todos los miércoles por la noche, cuando terminábamos de grabar, el set se convertía en algo completamente distinto para algunas de nosotras. Aquello había sucedido casi desde los inicios: cuatro años antes, cuando se comenzó a rodar aquella novela histórica de media tarde que se emitía a diario .
Contra todo pronóstico, una historia de amor prohibida en plena posguerra conquistó a los televidentes y ya llevábamos cinco temporadas.

Trabajar en aquel set y, en especial, en aquella novela, fue una de las grandes suertes de mi vida. Una conocida se enteró de que buscaban maquilladora para una cadena de televisión y les dio mi contacto. Desde entonces tenía un empleo estable que me encantaba. Además de disfrutar durante el día, también lo hacía en la oscuridad, cuando las luces se apagaban y ya no quedaba nadie en el plató. O casi nadie.

Aquella noche estaba escondida en el mismo lugar en el que permanecía mientras grababan: detrás de escena. Frente a mí estaban las tres paredes que daban forma al dormitorio de los protagonistas de la serie: una estancia poco iluminada de paredes oscuras presidida por una cama y un cabecero tallado en color blanco. Como el rigor histórico no era una de las prioridades para la producción, el equipo de decorado había aprovechado para añadir sábanas de satén blanco y un espejo a uno de los lados de la cama que, había que reconocerlo, elevaban las escenas íntimas de la novela.

Parecía que todo el set dormía, pero enseguida vi dos figuras que emergían de la penumbra. Una de ellas toqueteó uno de los aparatos del equipo de iluminación y, acto seguido, un fogonazo de luz por poco me deslumbra. Las dos chicas se sonrieron al reconocerse bajo la luz fría de aquel foco que usábamos para las escenas nocturnas, luego se miraron la una a la otra. Sus cuerpos esculturales estaban cubiertos por accesorios inusuales.

La actriz protagonista llevaba un body negro semitransparente que le cubría de cintura para abajo. El resto de la prenda se estrechaba en una fina tira entre los senos al descubierto y le rodeaba el cuello como un collar. También vestía unas mangas del mismo tejido y unos ligueros que llegaban hasta sus tobillos. La otra chica, que hacía de confidente de la protagonista en la serie, llevaba el mismo atuendo, pero en color blanco. Lucían moños que recogían sus largas cabelleras morenas, maquillaje que resaltaba los ojos y pendientes a juego con sus bodies. Jamás las había visto tan sensuales, ni siquiera durante la grabación.

A pesar de la distancia, en los ojos de las dos chicas se podía ver un deseo irrefrenable. Estaban haciendo tiempo, alargando el momento en el que, al fin, se acercarían. Mi corazón comenzó a latir más rápido al sentir también aquella espera, la forma en la que una recorría el cuerpo de la otra con la mirada. Me acomodé mejor en mi escondite, en el que permanecía sentada en el suelo. Separé las piernas y permití que mi mano viajara al sur con aquella escena. Se detuvo sobre mi intimidad y la leve presión a través de los vaqueros fue suficiente para obligarme a acallar un gemido.

Las actrices fulminaron la distancia que las separaba y se besaron como si fuera la primera vez. Sabía que no lo era porque las había espiado antes, pero aun así disfruté de aquel beso apasionado y cargado de frenesí. Cayeron en la cama y sus cuerpos se enredaron sobre las sábanas blancas de satén. En la ficción, la personalidad de la protagonista era arrolladora y siempre se salía con la suya; pero, fuera de ella, la actriz que le daba vida era tímida e introvertida. Necesitó que la mujer del body blanco tomara las riendas: se sentó apoyada contra el cabecero de la cama y la atrajo al hueco que quedaba entre sus piernas. Se dijeron algo que no logré entender, y luego la actriz que encarnaba a la confidente la mandó callar.

Parecía que la protagonista pedía permiso, pero la otra no se lo otorgaba. En su lugar, colocó la mano en su pecho para impedir que se acercara demasiado y, mientras la otra mano bajaba por su espalda en una suave caricia, la miraba desafiante. Entre ambas se había instaurado un juego de poder que me resultaba de lo más excitante. Sentía cómo mi ropa interior comenzaba a humedecerse ante aquella escena, que despertaba todos y cada uno de los fetiches que tanto me esforzaba por mantener a raya.

Por un momento, imaginé cómo sería si lo que estaba sucediendo frente a mí se rodara y se emitiera. Un escándalo. Pero acariciar la idea de que tanta gente vería un momento tan íntimo y repleto de deseo como aquel tan solo incrementaba mi excitación.

Las actrices se hablaban con susurros y se movían al ralentí. Entre beso y beso, la del body blanco se mostraba autoritaria y al mando, decidiendo ella misma cuál sería el siguiente movimiento. Su mano se movía desde la espalda de la protagonista hasta su trasero, que podía ver gracias al espejo. La que llevaba el control esperó hasta que la otra bajó la guardia y, poco después, le dio un azote en una de sus nalgas. También en el reflejo pude ver cómo la mano de la confidente tomaba forma en la piel de su compañera poco a poco.

El spanking me excitaba como pocas cosas en la vida, así que presenciar aquello disparó mi autocontrol. En el más absoluto silencio, me deshice del jersey, los vaqueros y los zapatos, dejando solo la ropa interior. Abandoné mi escondite, aquel en el que había querido conservar con tanto celo, y caminé hacia ellas con sigilo. Porque, a pesar de que las dos actrices estaban allí, aquel era un juego de tres...
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Marlonm31 588 puntos 11 Feb, 2024 Marlonm31 588 puntos
Emocionante y exitante... Exelente!! post  ❣️ espero tener el mismo resultado con mis post
+1 voto
11 Feb, 2024
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