La última vez...

En el recóndito rincón de Pine Hollow se gestaba una leyenda que susurraban entre murmullos temerosos: "La Última Vez". Una historia que había alterado para siempre la tranquilidad de la comunidad .
La leyenda comenzaba con una pareja, Adam y Eleanor, cuyo amor se tejió en la neblina densa del bosque prohibido.
La vida en Pine Hollow, al igual que en cualquier pueblo pequeño, era curtida por mitos, misterios y supersticiones. La sombría silueta del forestal verde del bosque excluso no hacía más que alimentar las especulaciones sobre lo que acechaba en su espesura. Algunos susurraban que era el alma de un ancestral brujo, otros temían la presencia de una bestia oculta, pero ninguno sabía de lo que de verdad al acecho en el espesor del follaje.
Adam y Eleanor, cautivados por la promesa de susurros tentadores de un relicario oculto, decidieron aventurarse en el bosque prohibido, en busca de lo que el pueblo consideraba una locura desatada. Ambos ansiaban desatar el velo de misterio que envolvía las anécdotas sobre el relicario, un objeto al que la leyenda atribuía poderes insondables, concediendo deseos pero al precio de la oscuridad que yacería sobre quien osara poseerlo.
Fue una tarde plomiza, en la que Adam y Eleanor desafiaron la oscuridad del bosque. Los árboles parecían arrojar sombras retorcidas, como si estuvieran tejiendo un telar de temor para aquellos que osaban internarse en su lóbrego reino. Armados de una lámpara de aceite y corazones entrelazados por determinación, la pareja se adentró en los misterios del bosque.
El bosque reservó para ellos un presentimiento inquietante: raíces onduladas, árboles doblados en súplica y un silencio que se adueñaba de la escena. No transcurrió mucho antes de que Adam y Eleanor se toparan con un espacio devastado por el eco del paso del tiempo. La maleza y el musgo ocultaban un extraño marcador; parecía señalar una puerta oculta a un reino de secretos encerrados.
Tras despejar con cuidado la maleza que cubría el extraño marcador, un agujero se descubrió frente a ellos. Descubrieron el relicario impregnado por los ecos del tiempo, reposando silenciosamente hasta que el momento preciso lo reveló ante ellos. Un brillo sutil emanaba desde su interior, atrayendo miradas y tentando almas.
Con manos temblorosas, la pareja levantó el relicario que alteró el aire en un temblor sutil, como si el propio bosque se estremeciera en respuesta. Cuando Eleanor y Adam posaron sus dedos sobre la reliquia, la oscuridad se desató de entre las sombras, enredándoles con la promesa de un precio aterrador y un destino oculto.
La última vez que se les vio con vida, una oscuridad insondable había sido liberada, y una anticipación funesta se esparcía por el pueblo. Aquella noche, el bosque se tiño de luces misteriosas que danzaban entre los árboles, y los lamentos desgarradores envolvieron Pine Hollow en la oscuridad.
Adam y Eleanor se habían esfumado, junto con el relicario, sumiendo al pueblo en un silencio inquietante. Desde entonces, en las noches de luna llena, los habitantes de Pine Hollow afirmaban escuchar susurrar el lamento de la última vez en que la pareja osó desafiar lo desconocido.
Esa última noche, el aire gélido llevaba consigo un eco desgarrador, un recordatorio ominoso de que en las profundidades del bosque prohibido, las almas de Adam y Eleanor deambulaban, atrapadas por la tragedia de su última vez. Su amor y curiosidad los habían llevado a pagar el precio de la eternidad en una noche fatídica y condenada.

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