Amor fugaz ? ?
25 Nov, 2023
Tiempo de lectura aprox. :
3 min.
+1 voto
En las callejuelas empedradas de París, donde el aroma del café se entrelazaba con el perfume de las rosas, dos almas destinadas a encontrarse se cruzaron en un instante efímero: Antoine, un joven poeta viajero que añoraba la inmortalidad de la poesía, y Margot, una pintora de alma libre que capturaba la esencia de la ciudad en sus lienzos.Margot recorría las calles de Montmartre con su paleta de colores vibrantes, mientras que Antoine, con un cuaderno en la mano y la melodía de las palabras en su mente, deambulaba por los mismos callejones en busca de poesía.
Una tarde de primavera, el destino trenzó sus caminos en un pequeño café al borde del Sena. Sus miradas se cruzaron como si el tiempo se hubiera detenido, y en ese fugaz instante, sabían que algo extraordinario estaba a punto de desplegarse .
De esa chispa nació un amor fugaz, un romance que ardió con la intensidad de mil soles durante el breve lapso de una semana.Juntos vagaron por los jardines del Palacio de Luxemburgo, donde las flores susurraban secretos de amor. Se abrazaron en lo alto de la Torre Eiffel, con París extendiéndose a sus pies como un lienzo infinito. Cada rincón de la ciudad se convirtió en el escenario de su efímero idilio, una historia de amor escrita con la tinta de la pasión y el anhelo.
Las noches eran un torbellino de risas, confesiones íntimas y promesas susurradas al viento. En el cobijo de la luna, Margot y Antoine compartieron sueños y anhelos, sabiendo que el tiempo se desvanecía tan rápido como las estrellas efímeras del cielo parisino.
Sin embargo, las estrellas que brillaban sobre París pronto los llamaron a sus destinos separados. Antoine partía en busca de nuevas inspiraciones en las tierras lejanas del este, y Margot tenía un nuevo paisaje aguardando por su arte en el sur. Aunque el destino los separaba, la huella de su amor fugaz perduraría.
Los días se convirtieron en años, y ambos encontraron éxito en sus respectivos campos, pero nunca olvidaron aquel amor efímero que había encendido sus corazones en París. Antoine se sumergió en la escritura de sus poemas, capturando la intensidad de su amor fugaz en versos eternos, mientras que Margot plasmó la vibración de París en una exposición de pinturas que conquistaron corazones en todo el mundo.
A lo largo de sus vidas, en momentos de quietud y nostalgia, recordaban la intensidad de su romance fugaz, siempre con una sonrisa en los labios y un destello de añoranza en los ojos.
Años después, en una muestra de arte en un pequeño pueblo del sur de Francia, Margot se detuvo frente a un cuadro en el que reconocía un rincón familiar de Montmartre, pintado con maestría y pasión. En la esquina, encontró la firma de Antoine, un tributo a su amor fugaz en forma de pinceladas eternas.
Estaba claro que, aunque el tiempo los hubiera llevado por caminos separados, sus almas continuaban entrelazadas en la compleja obra maestra que era el amor.
Y así, el amor fugaz de Antoine y Margot se convirtió en una leyenda de pasión, inspiración y belleza, cautivando corazones a lo largo de las décadas, recordando al mundo que un amor, aunque fugaz, puede brillar con el resplandor eterno de una estrella fugaz.

1.7K visitas
Valora la calidad de esta publicación
1 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.