Los precios de los energéticos, granos y aceite comestible han subido más de lo estimado por los expertos. Se dispararon los costos de la ayuda alimentaria de emergencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) a más de 20 países.
En ese marco, el gobierno de Estados Unidos convocó al Consejo de Seguridad de la ONU a un par de reuniones los pasados 18 y 19 de mayo sobre el tema de hambrunas y conflictos .
Según datos que presentó el PMA, el hambre afecta a un número creciente de personas, que podría llegar hasta 811 millones, y destacó que Ucrania era el proveedor de granos para 400 millones de personas en 36 países.
En este momento, la crisis tiene tres vertientes: la dificultad para que el grano almacenado en los silos de los puertos ucranianos de Odesa y Mariupol pueda ser exportado. EU y Europa acusan a Rusia de bloquear los puertos y sembrar minas en el Mar Negro. El segundo aspecto es la dificultad de cosechar en Ucrania, y, en tercer lugar, los obstáculos para la siembra otoñal que redundará en una disminución de granos para el año próximo.
EU y sus aliados europeos acusaron a Rusia de usar los alimentos como arma de guerra, lo que Rusia rechazó. Los demás países optaron por subrayar la crisis a la que se enfrenta la humanidad e instaron a lograr una solución política/humanitaria que permita la operación de los puertos, el establecimiento de corredores humanitarios para facilitar la cosecha y el transporte de los granos y una mayor contribución financiera para atender las crisis de emergencia.
Los más afectados por este fantasma de hambrunas son, en su mayoría, países africanos: Etiopía, Burkina Faso, Camerún y Nigeria entre otros. Pero también algunos en el Medio Oriente, y Haití, en nuestro continente.
México insistió en la instrumentación de los sistemas de alerta temprana sobre crisis alimentarias. Dijo que la inseguridad alimentaria es multidimensional y tiene causas subyacentes. El secretario Villalobos informó que México ha eliminado aranceles a productos alimenticios, no ha establecido controles de exportación, ha mantenido sus fronteras abiertas y establecido programas de fomento al autoconsumo.
Todos los países coincidieron en reconocer la grave crisis alimentaria no vista en muchos años. Las hambrunas propiciarán mayor migración, agudizarán los conflictos internos. El cumplimiento de las metas de desarrollo sostenible en materia de erradicación del hambre (ODS2) y la pobreza (ODS1) se ven imposibles de lograr.
No hay acuerdo sobre las responsabilidades en esta crisis. Se han combinado factores como la pandemia COVID-19, la invasión a Ucrania, la disrupción de las cadenas de suministro, el aumento en los precios de energía y de fertilizantes, el aumento del precio del trigo en 70 por ciento y del maíz en cerca de 50 por ciento. Y ahora, la amenaza de recesión.