La gran mayoría de las personas en el mundo buscan su propio bienestar, y con frecuencia recurren a Dios para que les provea de lo que desean en sus corazones; cuestiones como salud física, puestos de trabajo, bienes materiales, etc. Generalmente surge un concepto equivocado sobre Dios con respecto a este asunto en particular .Es verdad que él desea que recibamos en abundancia sus bendiciones. Sin embargo, constantemente caemos en el error, pensando que es un genio de la lámpara que debe cumplir lo que anhelamos y lo usamos como un recurso para obtenerlos. Lamentablemente tener esta idea en nuestras mentes es muy triste, porque el Señor no es un títere que podamos manipular como mejor nos parezca. ¿Cómo nos sentiríamos si un amigo nos visitara solo para pedirnos un favor y no por un interés genuino de compartir? Sería horrible ¿verdad?. No se podría llamar un verdadero amigo a alguien así.
Hoy quiero llevarte a meditar esta cuestión que es sumamente importante si queremos acercarnos a Dios. Él es el Señor todo poderoso, dice en 1 Crónicas 29:11 "Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas." Entonces está por encima de todos nosotros, no podemos almoldarlo a nuestra conveniencia. Debe ser al revés, nosotros amoldarnos a sus principios y leyes.
Dios conoce las intenciones de nuestro corazón, él sabe si lo buscamos esperando algo a cambio o si lo hacemos con amor y reverencia. No se le escapa nada, está presente en todas partes, puede ver lo que hacemos en el exterior y en el interior del alma. Dice en Jeremías 17:10 "Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones»."
Dios quiere relacionarse con el ser humano, anhela su corazón y desea habitar dentro del hombre. Cuando esto sucede se establece una amistad entre Dios y el hombre, las verdaderas amistades están en las buenas y en las malas, pero muchas veces no permanecemos junto a él en tiempos de crisis, en los momentos de escasez dejamos de confiar, lo ignoramos y continuamos en la vida hacia el rumbo que se nos antoja. Lamentablemente es la cruda realidad, somos así, infieles y faltantes. La naturaleza humana está corrompida, el orgullo no nos permite vincularnos con el Señor.
La gran noticia es que Dios sabía lo que ocurriría y por eso envió a Jesucristo a morir en una cruz para rescatar nuestras vidas y ponerlas a salvo, de esta manera ocupó el lugar que nos correspondía. Cristo es el mediador entre nosotros y Dios el padre. Para poder interactuar con Dios y ser salvos debemos recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador, arrepentirnos de nuestros errores, abandonar el camino incorrecto que habíamos elegido seguir, para caminar bajo las leyes de Cristo.
En Jeremías 29:13-15 dice: Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme. Sí, me encontrarán—dice el Señor—. Pondré fin a su cautiverio y restableceré su bienestar. Los reuniré de las naciones adonde los envié y los llevaré a casa, de regreso a su propia tierra”. Dios le dijo esto al pueblo de Israel para que pudieran afianzar lazos con él y volver a su tierra, de la misma forma aplica individualmente para cada vida, si lo buscamos de todo corazón lo podremos encontrar. Si queremos conseguir el favor de Dios, debemos estar presentes en los tiempos buenos y en los malos, dejar el orgullo a un lado y aferrarnos a Cristo. Cabe destacar y con esto doy por finalizado este texto, lo más importante no es conseguir sus bendiciones, provisiones y bienestar, sino procurar seguir a Cristo, teniendolo como gobernador de nuestros corazones, que él dirija nuestros pasos, así podremos vivir protegidos y estar seguros ante las tempestades porque el maestro nos acompaña.
Gracias por leer hasta el final, espero que este contenido pueda serte de ayuda, te invito a reflexionar en todo lo que he desarrollado hasta aquí. Saludos.
