Dear Love
24 Feb, 2018
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Querido amor:

Cuando te vi en aquella fiesta, con esa guitarra en tus manos y ese sombrero negro adornando tu cabeza, sabía que algo en tí me llamaba. Pero solo eso, después no imaginé que te buscaría por las redes sociales y mucho menos que me hablarías, me dijeron que gustabas de una amiga mía y me desanimé .
¿En realidad tu y yo ibamos a estar juntos? Pero luego me dijiste que ya no te atraía desde que me conociste, sin embargo no te la creí. ¿Por qué habría dejado escapar una gran chica para quedarse conmigo? No lo valía.

Pero seguiste hablando conmigo y me enamoró tu forma de ser, aunque suene así de presipitado; no me atrajo tu ortografía ni tu vocabulario, pero algo llamó mi atención, aquella forma de expresarte con ternura y un toque de gracia, aquello que me hacía sonrojar y sonreír como tonta.

Aunque nunca fuiste perfecto ante los ojos de mis amigos y familiares, lo que habían escuchado de tí era una gran razón para alejarme. Sin embargo núnca les hice caso, tu reputación o pasado son parte de la historia, la gente cambia y madura, pero eso no quiere decir que todos los demás lo noten. Pero yo percibí tu escencia, en tí encontré un alma inocente y pura, tan buena persona, que buscaba ayuda; claramente pensé en que yo podría ser eso que necesitabas.

Tu escudo era un disfraz duro y un semblante serio, recuerdo que dijiste que tus lentes te daban seguridad, luego estaban tus aros adornando tu oreja, aquella vestimenta negra con estampados rudos, siempre usando colores oscuros que convinaban a la perfección. Eso me encantaba.

Cuando salimos por primera vez me sentí tan bien a tu lado, aunque nos encontrabamos un poco incómodos al principio ya que los dos éramos tímidos, sin embargo eso no impidió que deseara que ese encuentro no terminara nunca, debido a que al tenerte conmigo todo era perfecto.

Nos sentamos en el pasto de aquel parque, observando cómo mis amigos se divertían a lo lejos, mientras que tu y yo nos abrazabamos y hablábamos de cualquier cosa. Obviamente no pude evitar examinarte, tus ojos chinos color oscuro brillaban y tu pelo negro revuelto me fascinaba; luego observé tu ropa, esa camisa color bordó y aquellos jeans negros me encantaron; finalmente y por inercia noté algo que me partió el corazón, aquella cicatriz vertical recorriendo lo largo de tu brazo oprimió mi pecho, seguro no lo notaste, pero en mí creció una gran necesidad de protegerte, apoyarte y darte todo mi amor.

Desde ese momento nos hicimos más confidentes, aunque mis padres te tenían bajo la lupa debido a tus antecedentes. Cada día me iba enamorando más y más de tí, y tu me prometías cosas que cumplirías en un futuro deseado. Todo era tan hermoso, pero no todo lo bueno es infinito.

Yo sabía que eras debil, y yo también lo era. Pero sabía que tu corazón era enorme, aunque estaba lastimado, y el mío estaba tan dispuesto a arreglarlo.

Mis problemas se veían a lo lejos peores que los tuyos, debido a que yo asistía a psicologos, psiquiatras y nutricionistas, mi bulimia y mis autolesiones ya estaban en tratamiento. Sin embargo tus problemas estaban ocultos: tu padre violento, una familia que no te prestaba la atención necesaria, problemas en los estudios, el quedarse de curso, el insomnio y las pesadillas, el trabajo duro, el rechazo de la sociedad más lo que hablaban de tí.

Amor, yo no sabía cómo ayudarte o salvarte de ese infierno, no sabía cómo contenerte desde lejos porque no me dejaban verte, pero las ganas de abrazarte y apoyarte nunca me faltaron.

Ese día en el que yo estaba en una consulta médica, en la cual no me fué muy bien, tu decidiste mandarme unos mensajes que no pude recibir hasta que llegué a casa. Aquellos eran de despedida, decías que no aguantabas más y que querías tomar el camino fácil, mé asusté tanto en el momento en el que los leí y más aún cuando no me respondías ni las llamadas, las lágrimas no tardaron en aparecer y pronto le avisé a mi madre. Ella se preocupó y contactó con la tuya pero ella no respondía, así que decidimos llamar a la policía y esperar a que todo salga bien.

Mi corazón en ese momento no me respondía, sólo latía a mil por minuto y temblaba de miedo. Yo no era muy creyente pero decidí rezarle a Dios, en ese momento no me quedaba de otra que pedirle que te salvara. Y como un milagro un mensaje tuyo me llegó diciendo que estabas bien y que tu madre había hablado contigo minutos antes de que algo sucediera. Decir que sentí sólo alivio es poco, tantas emociones recorrían todo mi cuerpo pero eso no me era suficiente para estar tranquila. Más tarde me llegó otro diciendo que la que escribía era tu hermana y que me agradecía de haber avisado, también que no ibas a tener el celular por un tiempo y que estabas bien.

Y después de eso no supe nada más, ahora espero con ansias alguna noticia tuya.

Deseo que estes bien, te mereces todo lo bueno del mundo, mereces mucho amor, cariño y atención. Amor, yo te amo, y prometo que cuando te vuelva a ver nunca te volverás a sentir solo.

Con amor, tu Sol.
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