UN SELAH VICTORIOSO, Salmos 24:7-10
30 Nov, 2021
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Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
y alzaos vosotras, puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria.
¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria.
Selah
Salmos 24:7-10


Selah...
Rey David al Rey de Gloria le canta victoria.
No hay más que añadir al hecho de que el Victorioso entra a Su Reino en toda Su gloria y esplendor...
Selah...
Y Se pregunta un rey sobre el Rey de gloria ¿Quién es? El Rey de gloria es:

- Jehová, el fuerte y valiente.
- Jehová, el poderoso en batalla.
- Jehová de los ejércitos.

Y de repente se vislumbra la imagen del Mesías a ojos de Su pueblo...
Ese Mesías que esperaban, victorioso, poderoso en batalla, fuerte y valiente...
Ahora sí, para Su pueblo y para toda la creación:
¡Rey de gloria para siempre y eternamente!

APLICACIÓN:

Cristo es el Rey de gloria. Quien vino a este mundo en forma de hombre, siendo Dios, vivió como hombre, sufriente, con corazón manso y humilde y asumiendo el pecado sin haberlo cometido .
Se dejó llevar al matadero cual a cordero, sin musitar queja ni defensa propia, para no evitar el mayor de los dolores, el pago por el pecado asumido, aquél que cometemos todo hombre, mas no Él, pues Dios no peca. Murió, de su costado salió agua, encomendado Su espíritu al Padre. Habiendo resucitado al tercer día, estuvo entre nosotros aún por cuarenta días más y, prometiendo que iba a volver, ascendió a la diestra del Padre a ojos de, al menos, quinientos testigos. Sí, Él es el Jehová poderoso en batalla descrito en el pasaje, el victorioso, que pisó a la muerte y al pecado, sentenció a su perpetrador inicial, el que por sus contrataciones hizo caer con él a la tercera parte del ejército celestial. Fuerte y valiente, como vino en su inicio, pero esta vez, también como Jehová de los ejércitos, reclamando Su trono de una vez y para siempre.

Es una batalla que su iglesia no verá desde la Tierra ya que, antes de establecer Su reino, prometió llevársela consigo para ser guardada del furor de Su ira contra Satanás y toda maldad.

ACCIÓN:

Baste el tiempo de los lamentos, lavemos el rostro y prosigamos a la meta, ya sea que el último aliento de nuestro cuerpo se pose en tierra o seamos llevados antes, estamos viviendo en victoria.

Y me imagino a Pablo, diciendo:

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
Filipenses 3:13-17

Medito en estas palabras y solo me queda poner en examen mi actitud y mi sentimiento, si es o no acorde con la victoria en la cruz y con la convicción de la proclamación de esta victoria al mundo, para que muchos puedan, también, asirse de ella, en Cristo.

Señor, Dios Todopoderoso y Padre Amado, te doy gracias porque eres Victorioso y por permitirme celebrar Tu gloria. Asimismo te pido perdón, reconociendo mis pecados, entre ellos el de dejar de proclamar Tu victoria sobre el pecado y la muerte, perdóname, porque Tu voluntad es que todos puedan conocerte y celebrarte en toda tu gloria y majestad. Ilumina mi entendimiento, y sean los pasos de mi diario vivir firmes, para Tu gloria y honra.
Amén.


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