Renovarse o morir. Desde luego, una frase popular donde las haya .
Supongo que, como en botica, de todo habrá, gente más conservadora, que como tal prefiera estacionarse dentro de fronteras conocidas, y gente más audaz a la que gusten e incluso exciten los cambios.
Mi opinión personal en esta cuestión es que hay que procurar tener una mente abierta que permita asimilar los cambios que se puedan suceder en el entorno particular de cada uno y adaptarlos o no, según el caso, a la propia personalidad y manera de entender la vida.
Lo del conservadurismo puede estar bien en determinadas ocasiones, pero con él se corre el riesgo de inmovilización, de mantenerse en posiciones fijas que de un modo u otro rayen en la contumacia. En ese sentido pienso que el ser humano está concebido para renovarse de continuo, so pena de caducar como los yogures. De hecho, las propias neuronas cerebrales precisan de nuevos conocimientos que las revitalicen, ya que en otro caso corren peligro de atrofiarse.
La vida es demasiado corta para estancarnos en ella. ¿O no?