Si Odias, Pierdes la Razón
POR Chuie
6 May, 2019
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¿Cómo llegas a ese momento de duda sobre quién eres? Te criaste bien, fuiste a un buen colegio, te planteaste ser de las mejores, sin presión claro. Entras en la bella etapa de los barritos por todo tu rostro marcando un camino al tesoro perdido, como olvidar los dramas o las escapadas a fiestas; y justamente un sentimiento invade tus venas "no te sientes igual a las demás personas".

Si pudiese mencionar un momento de mi vida bochornoso seria exactamente cuando estuve con mi primer novio .

Decididos por dejarnos llevar y entregar la prueba de amor, justo cuando su miembro se llenaba de felicidad por entrar en mí, grito a los cuatro vientos que soy lesbiana. No era el tiempo ni las circunstancias, quizás podía haber dicho "detente me bajo el periodo" pero en mi eterno susto le grite, desde aquella vez nada había sido igual.



Pocos amigos se quedaron a mi lado, mientras el resto decidió alejarse; de verdad me hicieron un favor por irse solos, como si la basura se hubiese sacado sola. Quien más me importaba era Lourdes, mi mejor amiga desde primaria, se convirtió en un pilar muy importante dentro de mi vida. No solo su apoyo era magnifico, caí en la suerte de encontrar al amor de vida pues ella confeso ser bisexual y ¿porque no? Intentarlo. 

Si corríamos el peligro que nadie nos aceptara, la amistad podía dañarse si terminábamos mal, un sin número de razones por la cual debíamos no considerarlo. Desde nuestros 16 años juntas, en la universidad consideramos estudiar cerca así tendríamos más tiempo para vernos, nunca nos molestó al contrario me sentía cómoda con ella. Experimentamos  cosas locas, emborracharnos hasta las ocho de la mañana, y la primera vez donde probamos una que otra pastilla.


Graduadas, conseguimos empleos con mucha suerte, maduramos para hacer una vida juntas. Los mejores 9 años de mi vida y aun seguía sin arrepentirme, mis padres felizmente habían aceptado el hecho sobre mi felicidad, nos dieron ese apoyo como ninguno otro.



Es una lástima que todo eso quede dentro de un baúl lleno por recuerdos, pero no es tan doloroso como llegar con tu vestido negro favorito, para caminar hacia donde la veras por última vez. Dentro de una caja que se convertirá en su nuevo hogar, rodeada por flores rojas con una gran corona dictando una frase bíblica.

Veo alguno de nuestros amigos rindiéndole el pésame a su madre, quien nunca apoyaría que su hija era como yo. Jamás se le dijo sobre nuestra relación, simplemente éramos mejores amigas, todo un teatro montado para evitar escucharla decir cosas sin sentido. Mi cuerpo no está tentado a moverse, no quiero lidiar con más dolor que el mío y encima de todo callármelo para no opacar a su madre.


-Vicky si viniste, pensé que no llegarías- Hector, se acerca para darme un abrazo
-¿Aquí estoy ¿no? Pero debería irme
-¿Estas loca? Ella no te lo perdonaría, entiendo que estas dolida después de todo era tu pareja
-Baja la voz, delante de su familia soy una amiga
-Lo siento, ya sabes cómo me encantaba su relación
-Si...pero no llegue a tiempo, tenía que parar en esa estúpida tienda a comprar cigarrillos 
-No te culpes Victoria, si tu hubieses llegado estarías junto a ella en un cajón
-Ganas no me faltan
-Vuelves a decir eso y te interno en un psiquiátrico, no es tu tiempo ¡punto!
-No es mala idea, así podrán quitarme la idea de suicidarme



Si, me siento con una inmensa cruz sobre mi espalda porque no llegue a tiempo, no pude salvarla. Teníamos una noche planeada, había comprado sushi, cervezas y ella estaba esperándome en su apartamento, pero no controlo mi vicio, lo cual me obligo a parar. Le llamé varias veces para avisar que iba llegando, pensé que intentaría asustarme porque nunca lo conseguía. Esta vez lo logro, al encontrarla tirada sobre su propia sangre con tres impactos de bala sobre su pecho, era tarde para hacer algo.

Como uno sigue adelante luego de perder a su pareja, como se supera ese dolor infinito que te destruye cuando abres los ojos. Que alguien me diga cómo se llena el maldito vacío y se olvida el aroma de su cabello, ¿dónde existe esa pócima mágica para matar el efecto triste o mejor aún te haga olvidar sobre esa vida? 


 


1 Mes Después



Tras ese trago amargo de enterrar al amor de mi vida, me llene de valor para conducir hasta su antigua casa. Donde es seguro este toda su familia, Henry su hermano mayor me invito a una reunión donde rezaríamos por ella, realmente no tenía ánimos por venir pero su insistencia es más fuerte que mis ganas por quedarme durmiendo.

Toque el timbre y me recibió su padre, se le notaba bastante deprimido, sus ojos hinchados me daban a entender que no estaba durmiendo muy bien. Lo entendí porque al igual yo estoy medicándome para al menos dormir dos horas; su abrazo fue intenso como si realmente estuviera esperándome, no tuvimos necesidad de intercambiar palabras, compartimos el mismo sentimiento.

Todos alrededor notaron mi llegada, me acerque a saludar por cortesía, por respeto a su memoria. Gran parte de estos familiares fueron muy hipócritas, creo que aún lo son, egoístas, ególatras, si continuo la lista sería interminable. Paseo mi mirada en busca de la única persona faltante, su madre pero no la veo por ningún lado.

Henry se me acerca por detrás, para abrazarme fuertemente, noto sus ojos rojizos con las pestañas finas causa de las lágrimas.


-No sabes cuánto lo siento Henry, tu hermana era muy importante para mí
-¿Como uno borra el dolor del corazón? No sabes cómo extraño escuchar sus chistes malos- me dibuja una sonrisa con melancolía
-A todos nos hará falta, ¿la policía ya sabe algo?- no quiero derramar mis lágrimas aquí
-Están investigando, pero qué más da, no la devolverá
-Quien haya hecho eso pagara con creces
-Si, me encargare que no tenga libertad en su maldita vida
-Yo te apoyo, por cierto has visto a tu madre?
-Supongo que está en el estudio, se la pasa metida ahí desde...bueno ya sabes
-¿Puedo subir?
-Si claro Victoria



Tengo el corazón bastante acelerado, Martha no es una mujer muy sutil a la hora de mostrar sus sentimientos, pero no tuve oportunidad de acercarme en el funeral. Preferí dejar pasar unos días, donde la calma invadiera su cabeza o eso quiero creer, recién perdió a su hija nada se le va a devolver.

Toque la puerta mientras estaba entreabierta, la veo sentada en su escritorio con un trago de whiskey, ella en una voz algo ronca me da acceso para entrar. Observo su mirada, quizás este paranoica pero no puedo ver tristeza, solo odio (entiendo porque) siento lo mismo cuando repito la escena en mi cabeza.

Me acerco para darle un abrazo, hacerle notar mi apoyo en todo lo que necesiten. Sin embargo, ella no me lo responde, solo se levanta para ponerse detrás de su escritorio. 


-¿Qué haces aquí?- un sorbo de whiskey mientras me observa
-Henry me ha invitado, yo quería..-me interrumpe
-Tú no eres bienvenida en mi casa, por favor vete
-¿Martha no entiendo? ¿Porque hablas así?
-Porque tu mataste a mi hija, ¡TU! ¡TU! eres una maldita aberración
-¡Martha debes calmarte! No he venido a recibir insultos, solo a mostrar apoyo
-Ay discúlpame, ¿te ofendiste lesbiana? Tu arrastraste a mi hija a tu camino oscuro, la desviaste 


Como supo, quien le dijo sobre eso? Ahora realmente me tocara explicarle. 


-Mira, nosotras nos amábamos, yo no la obligue a estar conmigo
-Debí haberlo sabido, cuando las veía mucho juntas, que asco me das- hace una arcada y me escupe
-Yo solo he venido a darte el pésame pero es notorio que contigo no se puede
-No lo necesito asesina, seguramente tú la mataste por envidia, era mucho mejor que tú en todo
-Nadie estaba más orgullosa de ella que yo, ¿qué hiciste como madre? Si te la pasaste intentando manipularla por eso se fue de tu lado, le diste razones para odiarte- ahora si me colmo
-¡CALLATE LESBIANA! eres una aberración y cuando te mueras que espero sea pronto te iras al infierno
-¿Y serás mi vecina cierto? Porque tu no cagas santos ni vomitas palomas blancas


Honestamente no sé si sentirme insultada o tener pena ajena por verla hablando idioteces y algo borracha si apenas se mantiene de pie. Jamás espere confrontarla para decirle sus verdades, ahí está observándome como si yo tuviese la culpa. 

Nos dijimos unas cuantas cosas para dejar ser el odio, pero como cualquier cobarde encontró su poder, saco una pequeña pistola del cajón derecho y procedió a apuntarme. Puedo notar como tiembla su mano, yo no estoy tranquila donde intente correr seguro me dispara.


-Sabes aberración, así te llamare ahora...me quitaste mi felicidad- las lágrimas invaden sus ojos
-No es cierto, yo estoy igual de mal o peor que tú, ¿quién te crees para decirme eso?
-Si lo es, respóndeme algo- se acerca sigilosamente a mí, deteniéndose a una distancia prudente- cuando te diste cuenta que la amabas, ¿cuándo te la cogías? O ¿cuándo te enteraste que recibiría mucho dinero?
-¡Que dinero por Dios! Somos pareja desde adolescentes, Martha baja esa arma- mis piernas comienzan a temblar
-¡!NOOO!! tu no me dirás que hacer, arrodíllate y suplícame- puedo ver la histeria y locura en su voz
-Baja la voz, esto es innecesario y estas actuando como una loca
-Yo grito donde se me da la gana, hoy estas se suerte porque yo seré tu ángel de la muerte


Quita el seguro del arma, comienza a rezar mirándome a los ojos. En ese momento se abre la puerta por detrás mío y ella procede a disparar, solamente escucho la voz de Henry que me levanta con sus brazos. No siento que me esté muriendo pero si siento un dolor infernal en mi brazo izquierdo, todo frente a mí se oscurece, ¿así se siente perder la razón por amor?


2 Días Después en el Hospital



Despierto con mucha hambre y un poco de dolor en el brazo, las enfermeras me han atendido bastante bien dentro lo que cabe. Pero aún sigue ese pequeño dolor dentro, como el odio de una persona llega tan lejos al punto de herir a alguien, me da tristeza ver como la amargura creada por Martha la consumirá poco a poco. Esa mujer está fuera de sus cabales, ansió por llevar esto a la corte porque no se la pasare, casi me envía junto a Lourdes. Justo ahí me di cuenta que no quería irme y todo aquello sobre muerte en mi cabeza se desvaneció.

Henry ha sido un amor de persona conmigo, viene al hospital a ver si estoy bien, si me hace falta algo y está corriendo con los gastos. Siente culpa por lo sucedido, aunque ya le he dicho mil veces que no la tiene, sencillamente es diferente a su madre. Casualmente me han avisado sobre su llegada. Entra con una canasta llena de productos gracias al secreto de victoria, no sé cómo supo sobre mi marca favorita, pero me alegra en cierto modo. La pone en la mesita alado de la camilla, y se acerca a darme un beso en mi mejilla. 


-¿Como sigue la mujer de acero?
-Mejor, adolorida, pero tendré una historia para mis hijos
-¡Sin duda alguna!- sonríe, tiene una sonrisa encantadora- por cierto tus padres están afuera
-Ansió de verlos, aunque estoy segura que mi padre no se quedara de brazos cruzados
-Lo entiendo, por eso entre primero, quiero hablarte sobre algo
-¿Si dime?
-Yo si sabía sobre tu y mi hermana como relación
-¡¿En serio?! Henry yo...-Trago saliva
-No te disculpes, ella me lo había contado y de hecho yo las apoyaba

Gracias al cielo no es como Martha, pero me fascina sentir su apoyo moral y cómo ve las cosas. Me hace sonreír con melancolía, escuchar como Lourdes hablaba de mí, lo mucho que me amaba eso será muy difícil de volver a encontrar.


-Sabes, prefiero recordarla de ese modo
-Al igual que yo, es una lástima que otras personas se dejaron llevar por el odio- pasa sus dedos sobre la gaza que cubre mi herida
-,Como esta ella?
-Eso es lo que venía a contarte, es mi madre buena o mala me crio, me dio una vida con privilegios
-Pero me disparo- el sarcasmo sonaba mejor en mi cabeza
-Déjame terminar, pese a eso mi corazón y la razón se pusieron de acuerdo

Me sorprendió ver lo fuerte que es, al día siguiente mientras yo estaba en el hospital Henry fue a visitar a su madre quien aun sentía odio y menos empatía por lo que me hizo. Con todo el dolor en su alma se ofreció para defenderme siendo mi abogado ante la demanda que pondré contra Martha, no puedo esperar ver su rostro al ver a su hijo siendo mi abogado, como que me siento mejor del brazo. Aun por dentro sostengo una sonrisa, ella es una mujer pasados los 60 años, tiene diabetes y problema con los riñones; la vida en la cárcel será muy difícil para ella a menos que se muevan piezas.


-Lleve a la policía conmigo para que la arrestaran, yo no puedo dejarle pasar ese error
-¿Estas molesto conmigo? Al final del día es tu madre
-Lo sé, pero el acto de odio hacia alguien que solo hizo feliz a Lourdes se paga con cárcel-Se detiene mientras mira directo a mis ojos- tiene que afrontar sus errores
-Gracias, de veras...espero que mi vida vuelva a ser la misma
-Nunca lo vuelve a ser, pero tienes que vivir, seguir adelante por ella
-Sera difícil, pero esto fue un llamado al verme jugando con la muerte
-Lo se Vicky, lo se


 


 

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Laura16 497 puntos 7 May, 2019 Laura16 497 puntos
Sin palabras :O
+1 voto
7 May, 2019
Chuie 165 puntos 7 May, 2019 Chuie 165 puntos
Espero te haya gustado ❤
Mario C 156 puntos 14 Ago, 2019 Mario C 156 puntos
Me gustó el relato y el modo en que lo escribiste. Conseguiste crear una atmósfera con la que enganchar al lector. La única actitud que me resultó chocante es la de Henry. Es comprensible que entendiera a la protagonista y, sin mayor problema, aceptase su orientación sexual, pero no me lo parece tanto que participara activamente para encerrar a su propia madre. Eso es de ser mal hijo. Lo suyo habría sido quedarse al margen, reprochar a la madre lo que había hecho, pero no ser él quien defendiera en la causa a la parte contraria.
+2 votos
14 Ago, 2019
Chuie 165 puntos 15 Ago, 2019 Chuie 165 puntos
Hola Mario, antes que nada gracias por tus palabras y tomarte unos minutos de mi lectura, espero la puedas compartir. Entiendo tu punto de vista, y de hecho cuando escribi esta historia pense en poner a Henry como apoyo a su madre, sin embargo preferi darle un giro inesperado ya que como es su hijo  se espera que apoye a su progenitora, lo mas seguro es que saque una segunda parte de esta historia.
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