Un día lo conocí sin esperarlo, no era de los que destacan y creo que por eso me fije más en él.
Pasaron los días y comenzamos a hablar como lo hacen dos amigos, pero poco a poco empecé a notar que no era amistad. Nunca creí que esto me pasara a mí pero su sonrisa me provocaba paz y tranquilidad, algo que hacía mucho que no sentía.
Ninguno sabemos ni cómo ni por qué pero nos acabamos enamorando, qué ironía esa de vivir a 5 minutos y no habernos visto nunca.
De ese primer beso han pasado años y puedo asegurar que no hay un solo día que dude de lo que siento.
Él es de esas personas que llega, te complementa y te hace ser un poquito mas feliz, de esas personas que no notas que existen pero que cuando sabes de su existencia nunca vuelves a ser el que eras.
Día a día me hace reír aunque esté llorando y creo que cosas así pocas personas son capaces de causarlo .
No sé si lo nuestro fue casualidad o estábamos destinados. Igual que tampoco sé lo que pasará entre nosotros de aquí a un tiempo; lo único que tengo claro es el presente, y no hay mejor presente que a su lado.