Cada vez que comenzamos a amarnos tú quieres dominarme y yo… tengo mis propios planes.

Me encanta poder romper tus esquemas, tus arquetipos, y llevarte más allá de lo que tú mismo pudieras siquiera imaginar. Sé que han existido muchas mujeres en tu vida, una vez te dije: “Da lo mismo en que ciudad del mundo vivamos porque siempre habrá una mujer con la que hayas estado” .

Llámame loca, o tal vez arrogante, pero me gusta saber que siempre vuelves a mí, me gusta saber que no importa cuántas sean las mujeres que te aman o que puedan alabarte, yo soy la única que mueve los hilos de tu pasión infinita. Ya ni me molesta cuando te preguntan si es verdad que hiciste el helicóptero con tal persona. O cuando la policía que nos detiene (todo porque te encanta romper las normas) te dice: “Ah, me debí haber imaginado que eras tú”.

Es loco, lo sé, pero tú y la luna en el cielo lo saben muy bien…  Que me extrañas, que extrañas mi piel, mi voz, mi olor, que cuando me miras descubres un sinfín de mundos impresionantes a través de la puerta de mi alma y todo lo demás deja de existir.

Abres esa puerta y juntos nos embarcamos a descubrir las mil y una forma de amarnos, las mil y una forma de llegar al éxtasis… me conoces tan bien, cada milímetro de mi cuerpo, cada una de mis células responden a tu llamado, a tu tacto, al verte… Una sonrisa tuya ilumina el espacio inmortal, una sonrisa tuya me eleva en una nube dorada, aunque tú seas un loco me siento segura a tu lado, siento que me puedes llevar más allá de los planes iniciales, si bien parece que vamos a chocar contra el muro, confío en ti, tú sabes cómo esquivarlo.

Hazme tuya ahora, comienza aquí usando esta nube, mira que la luna es testigo del milagro que conseguimos los dos. ¿Cuántas personas pueden decir que, pueden hablar con Dios?

La luna sobre el cielo lo sabe, esto que tenemos es tan grande, que en una sola vida no podremos finiquitarlo, necesitaremos mínimo unas mil… y una más por si acaso. Llámame loca, por creer que el amor puede ser eterno, por creer que la única dueña de tu corazón soy yo. Llámame loca, por desearte otra vez y otra vez ¡Ufff! Amo tu cara de placer, amo como tu cuerpo se estremece ante mí, amo tantas cosas de ti, sigamos tocando esa sinfonía que componemos cada vez que nos amamos… sigue amándome con locura y desesperación, que yo tengo más que mis brazos abiertos para ti.