Sabes que nunca he sido de enamorarme, yo deje de creer en el amor desde hacía mucho y sé que lo tienes claro, pero contigo todo fue diferente, contigo aprendí a arriesgarme. Tenía miedo, sí .En mi interior solo pensaba en que tan peligroso sería enamorarme completamente de ti, porque así soy; sabes que si voy, voy con todo y entrego todo de mi. Así fue, te di cada pedazo de mi, te entregué mi alma por completo, y no me arrepiento.

Cuando nos conocimos supe que éramos de mundos diferentes, nunca pensé que las cosas llegarían tan lejos, no eras parte de mis planes, no te pensaba, no te quería, simplemente no me importabas. Yo vivía una situación complicada y lo menos que esperaba era que el amor tocara a mi puerta. Tal vez no me entiendas, necesitarías estar en mi posición para comprender todos los trastornos que se encuentran dentro de mi.

Afirmaría que conocí tu lado más honesto y tu el mío, supe cuando estabas bien y cuando no, te entendía y te apoyaba, siempre estuve a tu lado. No me quejo, no echo nada en cara, más bien me encanta poder escucharte, ver tus emociones, entenderte como nadie puede hacerlo. Cada día te conozco más y experimento un sinfín de emociones contradictorias: a veces me asustas, y otras me sorprendes.

En el tiempo que llevamos juntos me has hecho sentir cosas que creí que nunca en mi vida volvería a experimentar, y sé que a tu lado puedo vivir nuevas aventuras, sentir nuevas emociones, conocer un mundo que no tenía idea que existía. No sé si seas el correcto, pero quiero descubrirlo.

Te pido que a pesar de todo esto te quedes, caminemos juntos, crezcamos como personas, amémonos como si no hubiera un mañana. Quiero estar contigo, caminemos despacio.

Te digo esto porque en medio de mi caos, ahí estabas tú. Todo esto es para ti.