Cuarenta millones de personas dentro de la mochila que llevas en tu espalda, bastante pesada para tu metro setenta de altura. Pero también cuarenta millones de corazones latiendo al mismo tiempo que el tuyo en cada gambeta, con las mismas ilusiones .Cuarenta millones de críticas, cuando no apareces. Pero cuarenta millones de gargantas gritando al mismo tiempo cuando nos salvas a último momento.
Ochenta millones de lágrimas, ese trece de julio de dos mil catorce en el Maracaná. Pero cuarenta millones de almas ilusionadas ese diez de octubre de dos mil diecisiete en la altura en Ecuador, cuando metiste tres y vos solo nos metiste en Rusia.
Cuarenta millones de individuos empujando esa zurda en cada tiro libre. Toda la Argentina, de norte a sur, de este a oeste estando atrás, arriba y debajo tuyo al mismo tiempo.
Cuarenta millones de incondicionales cuando las cosas te salen bien, pero cuarenta millones de críticas cuando no.

Las cosas van a cambiar cuando entendamos que sos uno más, uno de los cuarenta millones, que intenta hacer lo mejor para su país, que no sos Dios, ni un extraterrestre, como a veces se dice. Tenemos que entender que sos como nosotros, sos uno más.
Perdónanos Lío, pero lamentablemente eso jamás va a pasar. Es imposible no pensar que sos un distinto , que sos único, porque cada vez que tocas la pelota se paralizan e ilusionan cuarenta millones de corazones.