Me encanta la frase “que todo fluya y nada influya”, es como si se tratara de que todos nosotros fuéramos pura energía, nada más, solo eso, seres que se mueven por este inhóspito mundo. Pero mi pregunta siempre ha sido como se hace eso de que nada influya, si cada mirada, palabra, roce o suspiro dan la vuelta a tu mundo, que me expliquen como se hace, porque no tengo ni puñetera idea de como parar todo este remolino que se ha convertido mi vida desde que algunos vinieron y otros mucho se fueron .Recordar quién se es en momentos como estos es lo que determina quién eres en realidad, es como el soldado que está en guerra apuntando con una metralleta a un niño de apenas ocho añitos y le ordenan disparar. Los que disparan demuestran miedo, cobardía, con la humanidad totalmente perdida, en cambio el que decide NO disparar, le esta gritando al mundo que no piensa saltarse la ética por una puta guerra que además carece de sentido.
Todos los que hayáis sentido un ápice de dolor en vuestro cuerpo, habréis deseado con todas vuestras fuerzas no volver a sentir, olvidar vuestra parte humana, perderos en la oscuridad y no regresar nunca. Una especialista en luchar contra el dolor constante os dice que he deseado tantas veces perder todo rastro de humanidad, como los vampiros, quizás sea porque nos lo vende continuamente la televisión o puede que sea porque este loca y me parezca tan emocionante la sangre, el poder, la rapidez y la inmortalidad. El reloj deja de contar, tenemos toda la eternidad para viajar, estudiar, disfrutar, nada importa porque tenemos el mundo a nuestros pies.
Parece una buena idea, aunque de que me sirve todo eso si sigo estando sola, sigo atada a las personas que me quieren, atada a todos esos sueños que la sociedad ha influido para que los tenga. Nunca seremos libres, no sin sufrir por ir contracorriente, por tirar por tierra todo aquello en lo que el mundo cree.
Después de una noche llenas de lágrimas y sueños rotos de algo si que estoy segura, no soy una vampiresa ni inmortal, así que posiblemente me queden unos 60 años para seguir en este mundo. Parecen un montón de años pero en realidad son tan solo un suspiro para encontrarte, para pisar los cinco continentes y para poner a prueba todos mis limites. La vida se compone por esas pequeñas cosas, las tienes que tener todas, sobretodo la primera porque el universo nos hizo débiles y con la necesidad de amar.
Puedo asegurar con certeza que cuando esa persona llega, todo en lo que habías creído se desvanece, así es la vida, siempre tiene ideado un plan para que no dejes de aburrirte.