Hace diez años tuvimos un sueño en común, osado y atrevido, pero finalmente sueño.

Y con el cuento de que los sueños si se cumplen, nos metimos llenos de miedo, incertidumbre y sosobra, pero al fin y al cabo, adentro, creyendo ciegamente en una causa llamada Génesis .

Y si me ves hoy, llevo días sin dormir bien, comiendo a destiempo, sin tener energía para hacer deporte y un montón de factores que han afectado mi día a día cotidiano.

Sin embargo, hace falta esos días malos, para poder valorar los buenos. Esos días que te recuerdan porque estás acá, levantandote diariamente a seguir luchando por tu objetivo, a seguir creyendo que si se puede y si muchos lo han logrado, tu también lo harás.

Y bueno, así, cuando menos te lo esperas, llega tu primera venta, llega tu primer millón cargado de esperanza. Y te sientes millonario, el mundo se queda pequeño y es el momento, en que tu historia se divide en dos.

Una persona que no imagina que lo que se construye ahí, no es un edificio, sino un sueño de hace muchos años, conoce tu producto y decide apostar por él con la misma fé en que tú lo haces. Tal vez arriesgando su patrimonio de toda la vida. Y lo que comienza como tú sueño, se convierte también en su sueño y es ahí, donde comienza el verdadero éxito