Te quiero
26 Mar, 2018
Tiempo de lectura aprox. :
8 min.
+6 votos
El amor...
Un sentimiento que crea vida, que da alas que vuelan por sí solas, automáticamente, impulsadas por el sentimiento.
Volando delicada y suavemente por encima de la realidad.. .
Permitiéndote sentir todo lo bueno que puede ofrecer esta vida.
Aunque parezca imaginario, una mentira o una broma de la mente humana, embriagada de cariño y sensibilidad, así se siente, se siente volar.

El amor anestesia la razón y pone a vibrar el alma.

Te eleva aunque no sea tu voluntad, aunque no sepas por qué... Y subes, subes con velocidad infinita, sin percatar lo demás. Sin pedirlo te eleva, simplemente lo haces, como si cada parte de tu ser lo necesitara, por naturaleza, por instinto de supervivencia como reacción a dicha sensación de querer querer y que lo quieran.
No percibes la velocidad a la que vas, no percibes que el oxígeno se agota con cada segundo que pasa, que cada vez es menos por la gravedad, sigues subiendo... Pero no te importa el tiempo, ya no importa el oxígeno por muy escaso que se vuelva; no te importa morir de asfixia, no te importa sufrir ninguna clase de agonía, tampoco la velocidad, ni la altura, no te importa morir... si de amor es la causa.
Y lo que va encima de cualquier sentimiento no deja de elevarte más y más rápido, con tanta rapidez que pueda provocar la explosión de tu cuerpo, vas subiendo con una fuerza llena de euforia.
Alcanzar lo inalcanzable, llegar a otras galaxias... No te importa, en absoluto si tu cuerpo estallara, porque sientes que seria necesario dividirse en miles de partículas y que cada átomo pudiera ser liberado para adherirse a todo lo que lo rodea, como si quisiera unirse y ser parte de la vida, la parte que da más brillo para que otros vean con color los horizontes donde se les va la vida cavilando sus congojas.

A veces odiamos la vida pero ahora necesitamos más que nunca para amar, el amor necesita vida y ahora creo que necesito amor.

El amor necesita evolucionar, detonar para avanzar.
Deja de importar si te están viendo o juzgando, si es peligroso, o tonto, o imposible, o ridículo.

Subir, subir y subir... Ir más rápido, descubrir lo ignoto, explorar profundamente los astros y en el proceso convertirse en uno de ellos y hablando de conversión, convertir el miedo en valentía, la inseguridad en coraje... Extasiarse, sentir la juventud eterna, estar en la Vía Láctea... Inhalando cielo, exhalando estrellas... Volver a nacer, saludar a la Luna y guiñar al Sol, bailar, cantar; sentirse vivo y morir de golpe, tocar la muerte para revivir, para volver a vivir.

A medida que te elevas olvidas..... a ese miedo que da al expresarse con cariño, como uno mismo, a ésa pena de actuar frívolo... Olvidas tu dignidad entre más subes. Te olvidas de ti, es como si los ojos no pudieran ver lo que el corazón, dentro del pecho, rodeado de venas y arterias, de músculos y huesos, sin ninguna visibilidad al exterior... Está viendo con fervor.
Ni de eso te das cuenta.

Porque el amor es tan bello que infla tanto el alma haciéndola flotar.

Y dejas que tu cuerpo flote guiado por el alma, aunque esta no sepa su camino.
De repente sientes que tu corazón ha pulsado más fuerte... Flotas junto a cuerpos celestes y primas de colores.... Lo único que oyes es el sonido del silencio, te encuentras anestesiado; es como si todo hubiese dejado de funcionar un instante, sin razón... Pero todo va bien, va mejorando, entonces sucede, sucede que te detienes.
Viene otra pulsación, tan sutil como quien toca una tecla de piano... Con un sonido que rompe el silencio del vasto multiverso en el que te encuentras, te hace reaccionar, tus sentidos están regresando, vuelves a tener conciencia... No recuerdas haberla perdido, sientes frío, una brisa estática como traída de una ola de mar... Sientes que tu corazón a palpitado... Fuerte, al sentirlo tu cuerpo se invade de calor que nace de tus entrañas, empiezas a tiritar... Pero no puedes moverte, sigues ahí, viendo al infinito, a la nada... Puedes oír su llamado, como un susurro que parece grito... Te reclama, mientras sigues ahí, flotando, quieto.
Aún no respiras, el estado en que estas hace que sudes frío y tiémbles de tan cálido que estas.
Una punzada en el pecho que dura un segundo, que dura un segundo en tiempo real, tal vez menos... Se hace eterno, ése simple segundo de la simple realidad engrandece para vos, solo para vos, porque al estar enamorado dejas de ser real, lo que sientes es tan perfecto que no cabe en ella.

Esa punzada ha dejado brillo, un punto brillante como quien ve una estrella en el filmamento nocturno, brilla con mucha intensidad que quema, te quema.
Luego sientes miles de las mismas en todo tu cuerpo dejando brillo y quemando.
Brillas, como si fueras un imán que ha atraído todas las estrellas, que resplandecen pegadas a tu piel, quemando, haciéndola brillar, resplandeciendo.
Ya puedes respirar e inhalas de manera desesperada, con fuerza, pero no aire, no es oxígeno, sino que inhalas el cielo junto con todas las estrellas adheridas a tu piel, inhalas el cielo, los cielos cielo... Y exhalas estrellas, meteoros, planetas.

Todo pasa en un segundo que se engrandece para vos, solo para vos.

Pasas a estar a un lugar mejor, perfecto, desconocido, raro para los convencionales, un lugar en donde no se necesitan explicaciones, donde no existen, ni dignidad... Por eso tuviste que olvidarte de ella, porque... ¿Quién necesita su dignidad estando enamorado?
Y sí, así es... Estas infectado y sin cura alguna de amor, del bello y puro amor.

Empiezas a abrir tu boca, tienes la necesidad de decir algo, abres tu boca como ha sido tu trayecto hasta aquí... La abres sin prisa, poco a poco, tu aliento empieza a salir junto con el humo por el vapor que tienes dentro a causa del hervor en tu interior.
Nuevamente empiezas a brillar, el corazón, se te acelera y respiras lento, resplandeces, flotando, quieto, tranquilo, sin saber en dónde estas o dónde están todos, sin tener conciencia de cuanto tiempo y distancia ha pasado y recorrido...
Sin preocupaciones, te iluminas tanto que haces brillar los ojos de quien quieres por lo que sientes. Pareces un conjunto de luces y que a todo lugar que llega el brillo se vuelve más vivo y especial.
Te sientes bien.
Te sientes fuerte.
Te sientes capaz.
Te sientes valiente.
Te sientes vivo, como si estuvieras conectado con todo, no sabes en lo que te has trasformado.

Hay serenidad en tu ser, ya no sientes frío, no tiemblas más, empezas a moverte, corrigiendo tu postura, ya erguido en medio de un todo infinitamente maravilloso, ves hacia arriba.... Extendiendo tus manos tanto como tu mirada, los ojos te lloran y una sonrisa se empieza a dibujar en tu rostro, en un susurro, como si fuera un secreto que se debería guardar en el espíritu, con un tono tan bajo para que nadie escuche, solo para quien va enviado el mensaje... ahí.... en medio de un todo infinitamente maravilloso, solo dices...

TE QUIERO.

Y te elevas, flotas, vuelas, a una velocidad luz, subiendo, cada vez más alto, más arriba, más lejos, más alto... Te alejas y sin opción alguna te volves parte del infinito, vuelas, te elevas y seguís flotando, en un espacio sideral, cambiante, vuelas, vuelas, vuelas... Dejando de ser quien eras y eres... Flotas, te elevas, cada vez más rápido, vuelas, vuelas, vuelas más allá y seguís haciéndote infinito. Todo esto pasa y sigue pasando, flotas, vuelas, te elevas... No quiero importa la velocidad, no te importa el tiempo, ni la distancia... Ves una luz que se hace más grande... Pero no te importa, flotas, vuelas, te elevas... No te importa, flotas... No te importa... Vuelas... Nadie importa... Te elevas y ya nada importa... Sólo dices...

TE QUIERO
287 visitas
Valora la calidad de esta publicación
1 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Joseriichart 467 puntos 26 Mar, 2018 Joseriichart 467 puntos
Muy místico todo...
+1 voto
26 Mar, 2018
Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.