En estos momentos de dolor y si le sumamos estos momentos de mierda del Covic-19, no me queda de otra que hacer así de la forma que sé.
El cáncer te ha arrebatado de nuestras vidas tito. Siempre estuviste ahí, y te mantuviste sobretodo al lado de tu hermano como un apoyo .
Entre todo lo que hiciste por nosotros jamás olvidaré tu cara aquel 8 de junio de 2015, mientras yo me abrazaba a mi padre rota de dolor por un viejo verde miserable, en tu mirada había una mezcla de sentimientos, odio, asco, miedo, dolor, y sin duda apoyo. Ese día nos marcó a todos, porque desde ese momento dejaste de decir que yo era tú novia. Por no sabias como iban a afectar esas palabras a tu sobrina después de lo que le había pasado, pero no dejaste de decirme que siempre me veía guapa y lo orgulloso que estabas de mí.
Tú estabas siempre para todos y por esta maldita situación en el que el mundo se encuentra te has ido solo, sin estar rodeado de todos los tuyos. Me queda el consuelo que al menos pudiste conocer a tu nieto que no tiene ni un mes, pero él solo te podrá conocer por lo que le contemos de tí y ver tu cara en las fotos, pero nunca sabrá lo que es irse al campo a ayudar a su abuelo en el huerto, ni podrá saber lo que es jugar contigo.
También me queda maldecir una y mil veces al CÁNCER, te fue apando poco a poco, hasta que te quitó de nuestro lado, no te dejó lucha, no te dejó ver crecer a tus 7 nietos, no te dejó seguir disfrutando con la tita, no te dejó volver a pisar tu Cazorla querida, y perderte entre su sierra, no te dejó seguir haciendo y luchado por lo que te gustaba. Casualidades de la vida que te llevo de este mundo el mismo día que tú compañero de lucha Julio Anguita.
Ahora me despido de tí con estas palabras, decirte que aquí está maldita enfermedad nos ha dejado a todos rotos de dolor, la vida sigue, volveremos a reír, que es lo que tú quirrias. Te quiero mucho tito. Adiós tito, adiós novio.